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La lactancia en público, un derecho cuestionado

Asociaciones de madres solicitan una ley que las proteja ante muchos casos de discriminación

Madres del grupo de lactancia "Teta e coliño", en el parque de Castrelos el pasado verano. // Ricardo Grobas

"La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses". La advertencia la repiten pediatras y comadronas de todo el mundo y aparece insistentemente en todos los botes de leche de fórmula disponibles en el mercado. Sin embargo y paradójicamente, no se dan a las madres todas las facilidades para que puedan amamantar a sus bebés en su vida cotidiana y los impedimentos o, directamente, la prohibición de amamantar a los hijos en público es más frecuente de lo que parece.

La semana pasada la ministra de Administración Pública de Italia, Marianna Madia, anunció que el Gobierno estudiará "de inmediato" una directiva para permitir la lactancia en lugares públicos, después de que una mujer fuera expulsada de unas oficinas de correos por dar de mamar a su bebé. La mujer denunció en Facebook que se dispuso a alimentar a su hijo y éste comenzó a llorar, entonces un empleado de la oficina le informó de que estaba prohibido dar de mamar y solo era posible hacerlo con biberón, según informaron los medios locales.

En España, este tipo de situaciones se han dado en numerosas ocasiones. Una que llegó especialmente a los medios de comunicación fue la ocurrida a Carmen Vega, a la que llamaron la atención en uno de los múltiples centros comerciales de Primark por amamantar a su bebé. Tras revolucionar las redes sociales con su caso, Vega, madre de cuatro hijos -la más pequeña una niña de cuatro meses y el siguiente un niño de cuatro años, a los que amamanta actualmente- decidió poner en marcha una iniciativa para que el gobierno proteja a las mujeres lactantes. "No se trata de elaborar una ley porque no hay ninguna normativa legal que nos impida a las mujeres dar de mamar en lugares públicos; lo que necesitamos es una normativa que nos proteja, algo que actualmente solo existe en Bilbao y en la Comunidad Valenciana", explica la madre, promotora de la asociación "Lactancia en Libertad". "Lo lamentable es que haya una falta de cultura lactante tan enorme en nuestro país y que aún hoy en día mucha gente se incomode por este sencillo gesto alimenticio y lo relacione con algo sexual y obsceno", lamenta.

En la asociación se encuentran también otras mujeres a las que se prohibió dar el pecho en espacios públicos de Galicia, en concreto en la Catedral de Santiago y en el Palacio Municipal de A Coruña, durante una exposición del Salón del Cómic.

Impedimentos en la catedral

Andrea L. explica que durante una visita turística al templo compostelano su bebé de 23 meses le pidió pecho y ella se sentó en uno de los bancos para darle de mamar. Entonces, un agente de seguridad le indicó que debía taparse "porque no está permitido dar el pecho en la Iglesia". Andrea pidió que le enseñasen la normativa en donde estaba escrita esa prohibición.

"En los recintos privados, si los dueños se quieren acoger al derecho de admisión tendría que estar recogido por escrito y en un lugar visible del establecimiento", destaca Noelia Prieto, fundadora y presidenta de la Asociación Teta e Coliño. "No se precisa una ley porque está claro que es un derecho que tenemos, el problema está en los prejuicios de la gente, que lo siguen viendo como algo erótico", destaca Prieto.

La responsable de la asociación pro lactancia advierte que es "bastante habitual que las madres se encuentren con impedimentos para dar de mamar a sus bebés en cafeterías, piscinas o museos. Sin embargo, muchas se callan y lo dejan pasar", indica. "Me parece insultante que nos pasen estas cosas porque las mujeres solemos dar de mamar de una forma discreta y sin molestar a nadie, aún hay que hacer mucho trabajo de educación", concluye la presidenta gallega.

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