La novela de Dennis Lehane en la que se inspira Vivir de noche no es una obra maestra como Cualquier otro día pero tiene ingredientes de sobra para alimentar una película de primera categoría. Seguramente Scorsese (que, mira tú por dónde, adaptó de mala manera la peor novela de Lehane, Shutter Island) hubiera arrancado la piel a tiras a esta historia de gángsters, racismo a borbotones y a varias bandas, amores trágicos, traiciones a ráfagas y arrepentimiento, mucho arrepentimiento. Redención en primer plano. Pero Scorsese hizo Silencio y Affleck, nublado el pensamiento tras los Óscar inmerecidos a la sosa Argo, se ha creído que es Orson Welles escribiendo (mal) el guión de una historia compleja e interpretando (muy mal) al atormentado protagonista sin que su pétreo rostro y su corpachón de Batman estén preparados para un trabajo tan exigente.

Con un planteamiento que recuerda la memorable Los violentos años 20 de Raoul Walsh (un veterano de guerra que ha visto cara a cara el horror y regresa a un país en ruinas para moverse con cierto código ético en las cloacas del crimen), Vivir de noche pronto revela sus debilidades por culpa de la incapacidad de Affleck el actor de dar lo que necesita el Affleck director. Lástima que no se despidiera a sí mismo para llamar con urgencia a un Michael Fassbender o un Tom Hardy. Es un dolor verle acompañado de grandes actores como Chris Cooper o Brendan Gleeson, que se lo comen con patatas. También Sienna Miller y Elle Fanning le superan con creces y solo encuentra una rival asequible en una Zoe Saldana que tampoco da la talla. Así las cosas, Vivir de noche, con una voz en off más bien inservible y una falta de tensión acongojante durante el meollo, solo destaca cuando Affleck se limita a narrar escenas de acción que no necesitan dar la cara, como una persecución de coches de época que concluye con una poderosa imagen de un coche en llamas dentro de un lago, los siempre llamativos momentos de ejecuciones mafiosas o la batalla final a tiro sucio. Historia trágica por los cuatro costados en la que queda claro que todo el daño que haces vuelve a ti algún día, Vivir de noche es un quiero y no puedo bastante frustrante.