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Las conferencias de Club FARO

Amil López: "Consumir demasiadas calorías nos envejece por dentro"

"El problema de la dieta occidental es que consumimos demasiadas calorías y eso nos envejece por dentro", aseguró la nutricionista en su coloquio en el Club FARO

David Martínez Ares junto a Amil López Viéitez, ayer, antes de la conferencia en el Club FARO. // J. Lores

"Salvo los suicidios y los accidentes de tráfico, todas las patologías de la civilización moderna tienen una base inflamatoria. Entonces, esta dieta que propongo nos sirve tanto como para prevenir como para mejorar nuestra calidad de vida, además de los síntomas de las enfermedades inflamatorias", aseguró ayer Amil López Viéitez en una charla en el Club FARO.

David Martínez Ares, doctor en Medicina y director de Instituto Gallego de Enfermedades Digestivas, presentó a esta doctora en Farmacia y experta en Nutrición, quien desarrolló una conferencia muy didáctica sobre las claves de una dieta antiinflamatoria que están al alcance de todos los consumidores y bolsillos.

"Muchas de las enfermedades inflamatorias inmunoalérgicas que padecen nuestros pacientes, seamos reumatólogos, dermatólogos o internistas, pueden tener origen en la interacción entre nuestro tubo digestivo (nuestra superficie de contacto con la mayoría de las agresiones externas) y nuestro sistema inmune. Y eso origina enfermedades en el tubo digestivo y en otras áreas del cuerpo. Lo que Amil nos explica es qué influencia puede tener la dieta en el origen de estas enfermedades y, por tanto, qué dieta podemos hacer para colaborar en el tratamiento o, incluso, para disminuir la incidencia de estas patologías", explicó el doctor Martínez Ares.

"Una inflamación se caracteriza por dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento, signos de la labor del sistema inmunológico en respuesta a una agresión. Si este estado se extiende a otras zonas, se genera inflamación celular por la ineficiencia del sistema inmune", explicó la nutricionista.

En el caso de la inflamación celular apuntó que se caracteriza por el desajuste entre el inicio y resolución de la inflamación, la activación crónica del sistema inmunitario innato y la inflamación por debajo de la percepción de dolor. "Se activa por infección, lesión o por mala alimentación", dijo. "La inflamación es como un grifo abierto que hay que cerrar", resumió López.

"¿Te sientes cansado? ¿Tienes más de tres gripes al año? ¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Has sufrido la pérdida de algún ser querido el último año? ¿Consideras que padeces estrés o ansiedad? ¿Te cuesta concentrarte en la lectura de una novela? ¿Tienes hambre entre comidas? ¿Tienes hipertensión o niveles alterados de colesterol o triglicéridos? ¿Eres diabético? ¿Te duele la cabeza al menos una vez a la semana?", estas son algunas de las preguntas que la experta en nutrición lanzó ayer a los asistentes al Auditorio Municipal do Areal. Si contestaban a más de tres con un sí, según López, es que están inflamados.

"La primera medida antiinflamatoria es perder grasa", aseveró. Una afirmación que parece ya asumida por todos pero esta experta resaltó que "la grasa es un tumor adiposo, es un generador de hormonas adiposas, que son las que producen la inflamación; y no es una cuestión estética".

Consumir menos azúcar fue otra de las medidas esenciales que recomendó ya que dijo que es sinónimo de más inflamación, más dolor y más enfermedad. Así como propuso equilibrar las hormonas con una dieta ligeramente hipocalórica, consumir más omega-3 y antioxidantes, cuidar el microbioma (antes llamado flora intestinal) porque tiene la capacidad de modular la inflamación celular y practicar ejercicio.

"El problema de la dieta occidental es que consumimos demasiadas calorías y eso nos oxida, nos va envejeciendo por dentro. Tenemos que hacer cinco comidas, consumir de todo pero sin pasarnos con nada. Cuando tenemos hambre antes de cuatro o cinco horas después de una comida es que no la hemos hecho bien, nos hemos pasado con los hidratos de carbono o con la fruta. Y solo cambiando un par de pautas con ayuda de un especialista se mejora la regulación de la glucosa", manifestó López.

El ácido graso omega-3 se reveló como uno de los elementos con mayor capacidad de ayudar a nuestro organismo, tanto el que contienen el pescado azul, los frutos secos, las algas o el aceite de pescado DHA. "No es tan sencillo producir omega-3 porque hay unas enzimas que necesitan unos determinados cofactores. Si no tenemos en sangre suficiente magnesio, zinc, vitamina C y vitaminas del grupo B no se producen los omega-3", describió la nutricionista, que también contempló la posibilidad de ingerirlo a través de complementos farmacéuticos.

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