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Diputada en Madrid y responsable del área de Igualdad de Podemos

Clara Serra: "En Podemos hay lógicas masculinas y falta igualdad"

"El partido debe recuperar la esencia del 15M y salir de los marcos de la vieja izquierda, nada hay más radical que eso"

Clara Serra. // Irma Collín

Dirá, para empezar a hablar, que en el reparto por sexos de las direcciones de Podemos ganan los hombres en una relación muy desigual: 75 a 25. Clara Serra, diputada en la Asamblea de Madrid y responsable del área de Igualdad de Podemos, ejerce la autocrítica sobre las "lógicas masculinas" que dirigen el partido hablando desde las posiciones que la acercan a la asamblea ciudadana de Vistalegre II alineada con las tesis de Íñigo Errejón. Ha dicho que a la organización "le sobra testosterona". En el "documento de igualdad" de la candidatura errejonista, que ella firma junto al actual número dos, Rita Maestre y Ángela Rodríguez, ha quedado escrito que en el partido "se ha implantado una cultura organizativa belicista, masculina y machista".

-Parece el autorretrato de otro partido. ¿Es para tanto?

-Me parece importante decir que el machismo no es exclusivo de Podemos. Hay mucho en la sociedad y en la política, desde un partido hasta una asamblea del 15M, donde las mujeres tienen menos espacio, y en Podemos también existe. Cuando nosotras denunciamos desigualdades o comportamientos muy masculinos en la organización, no lo hacemos porque sea una excepción, pero sí con la convicción de que debe serlo.

-Sorprende que no lo sea ya, son un partido joven que venía a imponer un nuevo orden.

-Somos un partido que se parece mucho a su país. Tiene algo muy rico, un montón de gente diferente de distintas trayectorias, pero también incorpora dinámicas de la sociedad que no han desaparecido en ningún espacio social. Por nuestros principios éticos, debemos hacer esfuerzos excepcionales para que no haya comportamientos machistas. Y Podemos está en un momento en el que la igualdad no puede esperar.

-¿Qué han conseguido, qué les queda?

-Hemos conseguido que los órganos de dirección sean paritarios, las listas cremallera o incluso más mujeres que hombres en las candidaturas de las últimas generales. También que Podemos sea el partido que lleva más mujeres al Congreso más paritario de la historia. Hemos logrado que el feminismo sea un eje político en el programa y hemos trasladado a las instituciones demandas del movimiento feminista como la lucha contra todas las formas de violencia machista.

-Feminizar la política no es sólo una cuestión de número de mujeres en cargos de representación, ha dicho Iglesias. ¿De acuerdo?

-Estoy de acuerdo en que no sólo hay que visibilizar la cantidad de mujeres. Ahora bien, creo que es una condición necesaria. No le quitaría ninguna importancia a esto. Las mujeres son la mitad de la población y mientras no estén en la misma proporción en las instituciones, los partidos y los espacios sociales hay algo que lo está impidiendo.

-¿En qué es machista Podemos?

-No diría que es machista. Es más correcto decir que es un partido donde hay, como en otros, lógicas masculinas y falta igualdad. ¿En qué sentido? Tenemos muchos más secretarios generales, en una relación de 75 a 25%. También hay segregación horizontal, entendida como la desigual dedicación de hombres y mujeres, la mayor presencia de mujeres en algunas tareas, como la igualdad, y el protagonismo de los hombres en las labores más nítidamente políticas. Una compañera nos lo decía estos días: "Nosotras preparamos los actos y ellos hablan". Esto debe cambiar.

-¿Por qué le gusta más el Podemos de Íñigo Errejón?

-Estoy de acuerdo con él en algunas cuestiones que me parecen fundamentales para el rumbo político de Podemos. Somos un partido que vino a hacer algo nuevo, que aspiraba a construir una mayoría popular amplia, no a escorarse en el margen izquierdo del arco parlamentario ni a ocupar espacios que otros hubieran diseñado. Veníamos a irrumpir con una manera de ser nuevos que es muy del 15M.

-¿En qué sentido?

-Es un acontecimiento político que se explica muy bien cuando Errejón dice que Podemos vino a patear el tablero. Es un movimiento muy difícilmente catalogable según las categorías políticas previas de izquierda y derecha, o de acuerdo a esta nueva de radical o moderado. Podemos, para mí, vino a ser tan radical como el 15M y en el mismo sentido. Es radical porque no se deja apresar por las categorías políticas preexistentes, porque viene a transformar profundamente la sociedad y porque es mayoritario. Su milagro es esta capacidad de ser algo profundamente transformador y radicalmente de mayorías, y Podemos tiene la obligación de no aceptar nada por debajo de eso. En ese sentido se enmarca el proyecto político original del partido, el que defiende Errejón. A veces, Podemos no se ha parecido a Podemos y en ese sentido entiendo las diferencias que ahora tenemos con algunos compañeros que parece que proponen una disolución en IU y una fusión con un partido enmarcado en esas categorías que Podemos venía a romper.

-Y sin embargo, sus antagonistas dicen que Errejón es el PSOE e Iglesias la versión radicalmente apegada a las esencias podemitas. ¿Entonces?

-Eso responde a una manera de entender lo radical y lo moderado tradicional. No hay nada más radical que un Podemos que recupere la esencia del 15M y se salga de los marcos de la vieja izquierda. Esa es la alternativa que representa "Recuperar la ilusión".

-No quieren diluir IU en su interior. ¿Fusiones electorales puntuales?

-Este uno de los puntos fundamentales de lo que vamos a ser en el futuro. Sobre esto nosotros hemos sido muy claros y también el resto de los compañeros deberían aclarar su posición. Decimos no a una fusión orgánica, sí a la continuación de una política de alianzas electorales que siempre y en todo caso deben decidir los inscritos de cada territorio. No puede ser un pacto desde arriba. En algunos lugares las alianzas han sido fructíferas y en otros las bases decidirán que no.

-¿Cuál es la fórmula para salir reforzados en lugar de rotos de la diatriba que precede a Vistalegre II?

-Es muy importante que construyamos un partido con una cultura del debate tranquilo y no del enfrentamiento masculino. Me siento muy alejada de la contraposición de liderazgos masculinos que anula a una gran parte de la organización, que invisibiliza a un montón de personas y no representa a las mujeres de este partido. Organizativamente hay que ir hacia la coralidad, la pluralidad y la integración de muchas sensibilidades diferentes. La apuesta por debates políticos nos enriquece y en Vistalegre deberíamos intentar ponernos de acuerdo en cuestiones fundamentales. Sobre todo en la comisión de garantías, que debe ser del máximo consenso político, y en un documento único de feminismo.

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