Visto para sentencia. El fiscal y las partes relataron ayer sus conclusiones definitivas poniendo punto y final al juicio del caso de Desirée Vila, la joven gimnasta viguesa a la que amputaron una pierna presuntamente por un error médico.

La Fiscalía mantuvo su petición inicial, y solicita para el traumatólogo que atendió a Vila la pena de dos años de prisión y cuatro de inhabilitación. El representante del Ministerio Público sostuvo su acusación contra el médico traumatólogo en tres pilares, por un lado "la falta de una valoración adecuada de la lesión y la no adopción de todos los métodos diagnósticos ", la demora de "más de siete horas en la práctica de una angiotac cuando ya tenía sospechas de una lesión arterial" y , por último, la demora en" hasta 15 horas para derivarla a un centro con servicio de cirugía vascular cuando ya tenía iniciado una sintomatología isquémica". Señalaba también el fiscal que cada uno de estos pilares, ya por si solos "son suficientes para una condena por imprudencia", pero añade que la suma de los tres "potencia la imprudencia y la gravedad".

La acusación particular, ejercida por la familia de la joven y representada por el letrado experto en negligencias médicas Alfonso Iglesias, se acogió a las conclusiones expuestas por el Ministerio Fiscal y calificó de "insólita e inadecuada" la actuación del traumatólogo de El Castro. "Es innegable que el acusado conocía la posibilidad de una lesión en la arteria, pero hizo caso omiso a los signos", expresó Iglesia, quien explicó que si el método diagnóstico y de control del estado de Desirée Vila por parte del médico Larrauri era por medio de la oximetría, "por qué cuando esta baja, no tomó las medidas adecuadas".

El abogado de la acusación particular también se acoge a las palabras de la Fiscalía en cuanto a la "demora" de las pruebas realizadas a la gimnasta. "Hubo un retardo diagnóstico. Igual no fueron 88 horas de isquemia completa, pero sí muchas más de seis, tiempo en el que el miembro deja de ser viable", sostuvo Iglesias.

Por su parte, la defensa de Larrauri reafirmó la "constante vigilancia de la evolución vascular de Desirée realizada por el doctor". "En todo momento, el doctor Larrauri controló a la paciente y realizó pruebas útiles, tal y como revelaron varios expertos en esta sala", reconoció el letrado Manuel Carpintero. Afirmó también la defensa que su proceder fue "correcto y responsable". "En cuanto vio que bajó el pulso pedio solicitó un angiotac", explica el letrado, quien añade que "los retardos" en el traslado de la paciente para la operación tras la obstrucción de la arteria poplítea se debieron a "trámites burocráticos con los seguros, ya que la idea del doctor era derivarla cuanto antes a Coruña pero ordenaron su ingreso en Povisa".

El acusado hizo uso de la última palabra y además de reiterar su inocencia, reconoce haber actuado "con toda mi capacidad y conocimiento, siempre pendiente de Desirée. La noticia de la amputación me dejó perplejo, la última vez que la vi su situación clínica era estable. Siento lo ocurrido, pero soy inocente", sentenció.

El fiscal, también indicó en sus conclusiones, que hay varios procedimientos abiertos, tres en concreto, contra El Castro por "manipular información y no ser transparente en el caso". Se la investiga por falsificar y modificar el historial clínico de la joven.