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Carmen Posadas: "En el XVIII se regalaban esclavitas como si fuesen muñecas"

"La literatura puede reinventar los personajes históricos, pero esto a mí no me gusta ni como lectora ni como escritora" - "Goya estaba profundamente enamorado de ella"

Carmen Posadas (derecha) posa con la periodista Lucía Trillo. // José Lores

"El siglo XVIII es el siglo de las mujeres. No han sido tan libres hasta mediados del siglo XX. El siglo XVIII era el siglo de las mujeres ilustradas, sabias, su opinión tenía predicamento". Así se refirió la escritora Carmen Posadas al papel de la mujer en el Siglo de las Luces, en el que está ambientado su última novela, "La hija de Cayetana" (Espasa), que ayer presentó en el Club Faro de Vigo, en un Auditorio Municipal do Areal lleno. También reivindicó la escritora uruguaya, premio Planeta en 1998, la relevante, aunque ignorada, labor de las mujeres en la Revolución Francesa.

Y si realmente había una estirpe de mujeres libres, a esta pertenecía la protagonista de esta novela, la decimotercera duquesa de Alba, Cayetana de Alba, la musa de Goya y eterna rival de la reina María Luisa de Parma, a quien apodó "la Parmesana". "Cayetana pertenecía a la única estirpe de mujeres realmente libres: las muy ricas o las muy poderosas. Pero tenías que serlo por ti misma. No valía de nada que tu marido fuera muy poderoso o que tu padre fuera muy rico. Y este es el caso de Cayetana, hija única y heredera de una enorme fortuna e importantes títulos", afirmó.

Excéntrica, caprichosa y libre, pero también generosa. Así era Cayetana de Alba y así la retrata Posadas en su novela, por cuyas páginas desfilan otros personajes históricos, como los reyes Carlos III y Carlos IV, la duquesa de Osoria, íntima amiga de Cayetana de Alba, Godoy, Pedro Romero, Leandro Fernández de Moratín José Álvarez de Toledo, primo y esposo de la duquesa, y Goya, de quien fue musa. "Goya estaba profundamente enamorado de ella. No sabemos si ella de él tambien", comentó.

Muchas anécdotas y episodios históricos salpican las páginas de la novela. "Lo que cuento sobre los personajes históricos es rigurosamente cierto. La literatura puede reinventar un personaje histórico, pero a mí no me gusta. Como lectora de novela histórica, siempre me pregunto qué es cierto y qué no, y no me gusta, y por eso tampoco lo hago cuando escribo", aseveró en una charla-coloquio presentada por la periodista Lucía Trillo.

En esa Corte de luces y sombras desembarca María de la Luz, un regalo del empresario Manolo Martínez a la duquesa de Alba, que no podía tener hijos. Llegó a la Casa de Alba con apenas unos meses de vida, con el pañuelo con el que la envolvió su madre, una esclava cubana, cuando nació. "En el siglo XVIII era habitual regalar esclavitas, como quien regala una muñeca o un gatito"; apuntó.

Y mientras María de la Luz es adoptada por la duquesa, que va a todas partes con ella, visten igual y la presenta siempre como su hija ante el escándalo de la Corte, su madre biológica, Trinidad, a quien se la arrebataron, la busca. "En realidad son dos novelas. Una histórica, que cuenta la historia de Cayetana y María de la Luz, con todas las intrigas de palacio, y otra de aventuras, que es la que protagoniza la madre biológica en esa búsqueda de su hija", explicó. Y aunque reconoció que la de Trinidad es una historia absolutamente ficticia, ya que nada se conoce sobre ella, añadió que podría ser la vida de cualquier esclava. "Este libro es la historia de dos madres, lo que al mismo tiempo me ha permitido escribir una historia de 'arriba y abajo'", concretó.

La historia de María de la Luz, a quien la duquesa legó una considerable fortuna y de la que no se sabe nada tras su muerte, también es una magnífica percha para rescatar del olvido no solo un episodio de la Casa de Alba olvidado, sino de España, que es la existencia de esclavitud dentro de la Península. "Todos sabemos que había esclavos en América, pero no es tan sabido que también los había aquí, en España. Cervantes ya se refería a de Sevilla como el 'damero de Europa' porque entre un 10 y un 15% de su población era negra. Lo que fue de toda esa gente no se sabe", añadió la escritora, que calificó la esclavitud como "el gran genocidio de la historia".

"Durante siglos millones de personas han sido arrebatadas de sus lugares de origen, muchas morían antes de ser embarcadas; la mitad durante la travesía, las mujeres eran sistemáticamente violadas por la marinería...", recordó.

Pero Posadas añadió que España siempre tuvo una actitud más benigna hacia personas de otras razas que franceses e ingleses, y puso como ejemplo que mientras que en España los matrimonios interraciales estaban permitidos desde 1514, en EE UU se despenalizarían hasta 1967.

"Creo que soy mejor cuentista que novelista"

  • La autora de "La hija de Cayetana" reconoció ayer que su género preferido es el cuento corto, no necesariamente infantil, pero que no lo cultiva porque en España no tiene demasiado éxito. "Creo que soy mejor cuentista que novelista -afirmó Carmen Posadas-. Es el género más difícil porque tienes que crear una situación, unos personajes y un ambiente, y cerrarlo en pocas páginas, y cuando grandes escritores lo intentan, no lo consiguen".Y no lo logran porque en la literatura española no es tradición. "En el ámbito anglosajón, sin embargo, todos los escritores desde Hemingway a los actuales, han comenzado escribiendo cuentos", añadió.Sobre la posibilidad de retomar algún día la maltrecha biografía de Marie Bonaparte, Posadas reconoció que es bastante improbable. "En literatura hay que ser muy honrada y si ves que lo que estás escribiendo no conecta con el público, dejarlo", sentenció. Reconoció que desechar esa historia, tras más de un año de trabajo, fue un duro golpe y que darle a la tecla de borrar le dejó "muy frágil". Llegó incluso a pensar que jamás podría volver a escribir, que tenía lo que se conoce como bloqueo del escritor. Pero entonces, la historia de María de la Luz fue a su encuentro. "Esta novela viene de un fracaso estrepitoso", aseguró.Posadas reconoció que cuando informó al actual duque de Alba de que iba a escribir esta novela no le agradó la noticia. "Es un personaje que no le resulta simpático, pero la novela le ha gustado mucho", dijo. La Casa de Alba le dejó acceder a su archivo para consultar el testamento de la decimotercera duquesa de Alba que tiene, aseguró, muchas similitudes con Cayetana Fitz-James Stuart a pesar de no tener consaguineidad. "Las dos tenían el poder suficiente para ser dueñas de sus propias vidas", dijo.

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