Alicia rompió a última hora del día 2 de enero la situación de 'nacimientos cero' que arrastraba la provincia de Ourense desde las 22.30 horas del 31 de diciembre. Tras algo más de 48 horas sin que se registrase ningún alumbramiento cuando la estadística fija en 4 la media de nacimientos diarios, esta pequeña llegó al mundo convirtiéndose en el primer bebé ourensano de 2017 y en la primera de un listado de natalidad anual que empieza a escribirse casi dos días después de las campanadas. Este acontecimiento, insólito en una provincia gravemente castigada por la crisis demográfica que afecta al conjunto de Galicia y también de España, ha disparado las alarmas.

La cuestión demográfica está en la agenda política de la Xunta y es una de las prioridades del gobierno gallego. La Consellería de Política Social, en la que se integra la Dirección Xeral de Familia, Infancia e Dinamización Demográfica, señala que se trata de un problema que requiere una visión "sistémica" y una actuación transversal e interdisciplinar. Admite, al mismo tiempo, que se necesitan "años y una política de continuidad en el tiempo para revertir una situación que se viene produciendo desde hace más de tres décadas".

En efecto, hace 30 años la provincia de Ourense tenía una población próxima a los 400.000 habitantes pero en la actualidad el padrón ha caído a 312.927, lo que supone la pérdida de 81.734 residentes desde 1986, a un ritmo de 2.724 personas menos cada año; 7,4 cada día.

La demografía se presenta así como uno de los "retos y tareas fundamentales de cara al futuro" tanto de la Xunta como del "resto de administraciones públicas", dice Política Social, a las que insta a "incorporar los factores de población en el diseño y desarrollo de las políticas públicas". Lo mismo que los agentes sociales y económicos que operan en el territorio y toda la sociedad. El gobierno gallego asume que se enfrenta a un problema estructural y por ello buscará en esta legislatura un acuerdo social y político que implique a todas las esferas de la sociedad, desde la pública a la privada.

El doctor en Sociología y experto en movimientos demográficos, Alberto Saco, señala que en un escenario de envejecimiento como el que sufre Ourense, con una media de edad que supera por primera vez los 50 años y una tasa de fecundidad muy baja (0,9 hijos por mujer), lo raro es que nazcan niños todos los días. "Que pasen 48 horas sin nacimientos es normal y volverá a pasar", apunta.

¿Tiene este fenómeno solución? "Hasta que la provincia no sea más dinámica económicamente no hay nada que hacer, a no ser que nos dediquemos a importar mayores y hacer de Ourense un gran geriátrico, algo que generaría mucha actividad y crearía empleo", apunta el profesor de la Universidad de Vigo, pero que no debería ser lo deseable en una provincia rica en recursos productivos "que están totalmente desaprovechados".

"Este es un territorio muy bueno para envejecer porque la vida es barata y está bien dotado en cuanto a servicios, pero no para llevar una vida dinámica o profesional", afirma Saco. La estabilidad laboral y económica "es fundamental" para que las parejas decidan tener hijos pero esa "proyección de futuro" que define el destino vital de las personas no siempre es viable. "La gente necesita tener trabajo y vivienda, no solo tener hijos. Tener un hijo es una proyección de futuro pero, en cierto modo, la gente es responsable y no los tiene porque ni siquiera sabe si va a estar trabajando dentro de dos meses".

La Consellería de Política Social indicó ayer que es "plenamente consciente" de la situación de "caída demográfica" en la que se encuentra Galicia y revertirla se ha convertido en uno de sus "desafíos". Este reto es la base del Plan Estratégico de Galicia 2015-2020 que planifica la recuperación demográfica a través de diversos ejes de actuación y recoge un paquete integral de medidas que, apunta este departamento, "cristalizaron con la puesta en marcha en 2015 del Programa de Apoio á Natalidade", que incluye ayudas como la Tarxeta de Benvida (100 euros mensuales durante el primer año de vida), el acceso de todos los demandantes a plazas de guardería y la puesta en marcha de casas nido en los ayuntamientos con menos de 5.000 habitantes.

"Espero que estas campañas surtan efecto pero lo que se necesitan son iniciativas de verdad que dinamicen el rural donde hay muchos recursos desaprovechados porque la propiedad de las tierras está en manos muertas", concluye Saco.