"Un caso de atragantamiento es muy angustioso, pero mantener la calma es importante", afirma el pediatra Juan Manuel Sánchez Lastres. Y es que ante un caso así, la capacidad de reacción es lo primordial. Si el niño está tosiendo de forma efectiva, esto es, si llora o responde de forma verbal a preguntas, su tos es ruidosa, es capaz de coger aire antes de toser y está consciente, lo más efectivo es seguir animándole a que continúe tosiendo.
En el caso de que la tos no sea efectiva, es decir, el niño sea incapaz de vocalizar o de respirar, la tos sea silente o no tosa,su nivel de conciencia descienda o presente cianosis (coloración azul de la piel), hay que realizar la maniobra de Heimlich. Si el niño tiene más de un año, hay que colocarse detrás de él y presionar el abdomen hacia arriba. Si es un lactante, hay que sujetarlo boca abajo, sobre el antebrazo y golpearle hasta cinco veces entre los omóplatos, con el talón de la palma de la mano.