Los espumosos gallegos son una propuesta al alza para su consumo durante las fiestas navideñas, pese a su introducción todavía "reciente" entre el consumidor de la comunidad hace cuatro o cinco años, marcan diferencias para comenzar a competir con otras propuestas más asentadas.

Más allá de que cada vez más gallegos hayan reservado espumosos para el tradicional brindis de esta Nochevieja que dará paso a 2017, bodegas productoras consultadas por Europa Press como Altos de Torona, Señorío de Rubiós y Valtea --todas ellas con sello de Galicia Calidade-- coinciden en que aspiran a la "desestacionalización". Y es que esta bebida comienza a consumirse ya con frecuencia a lo largo del año combinada con comidas.

Expectación

El gerente de Altos de Torona, Iván Gómez, destaca la "línea creciente" en la demanda del consumidor por los espumosos gallegos, pues hay "expectación" para comprobar la calidad de esta bebida.

Así, Iván Gómez señala que sorprende la "frescura" de la variedad Albariño, con un toque afrutado que contrasta con los cavas y algunos champanes "más secos" y "más apagados". Aquí se elabora por el método tradicional al estilo de la región de Champagne, en fase de rima --unas sobre otras en forma horizontal-- por un periodo de 16 meses, a una temperatura controlada de 12-13 grados.

En el caso de Altos de Torona para este año producen sobre unas 10.000 botellas --su primer espumoso data de 2014--, y aunque alrededor del "80 por ciento" se consume en Navidades, se trabaja por "desestacionalizarlos".

Una de las cuestiones en las que hace hincapié el gerente de Adegas Valtea, Lázaro Moreno, en su conversación con Europa Press es cómo estos espumosos "no tienen nada que ver" con los cavas. De hecho, considera que esta variedad de Albariño "tiene que ser competencia de los champanes franceses" como los Chardonnay.

También reflexiona sobre pese a que la producción de espumosos es reciente existe una gran tradición en el vecino Portugal, y en Galicia hay un saber hacer desde hace décadas.