Luis Torras está emocionado por el cariño transmitido por sus antiguos alumnos de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo casi seis decenios después de haber dejado las aulas. "Que mis alumnos, muchos de ellos grandes artistas, reconozcan mi labor, 57 años después de haber dejado la escuela es impagable", confiesa.

Sin embargo, el homenaje que le han preparado mañana, y que coincide con su 104 aniversario le causa estrés. "Este tipo de actos me causan estrés. Estoy nervioso. Al principio les dije que cómo iba yo a ir allí. Aquí me muevo bien, pero porque estoy en un espacio que conozco, pero al final no pude negarme", añade Torras, que dio clases a artistas como Silverio Rivas.

Torras, nacido en la calle Alfonso XIII en 1912, impartió durante muchos años dibujo ornamental en Escuela de Artes y Oficios de Vigo, plaza que ganó por oposición, después de licenciarse en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, después de la guerra civil. Su etapa universitaria fue una de sus mejores etapas. Allí vio cumplido su sueño: estudiar Bellas Artes. "Con 13 años tuve que dejar de estudiar para ayudar a mi familia -rememora-, aunque después me matriculé en bachillerato. Lo hice en un año. Marcharme a Madrid supuso mucho sacrificio, pero también fue una etapa de la que disfruté mucho, aunque cuando estaba en lo mejor me interrumpiera la guerra".

Allí, en San Fernando, conoció a Antonio Buero Vallejo. "Me convenció para hacerme un carné de estudiante y casi me fusilan por tenerlo", recuerda ochenta años después. Por suerte, no se encontraba en Madrid, sino en Vigo. "Aunque después me alistaron los nacionales y terminé en el campo de batalla llevándome un tiro. Así que a mí me fastidiaron los dos bandos", comenta el centenario artista.