Para Andrés Vázquez, el documento de instrucciones previas es un documento que debería tener todo el mundo para garantizarse su autonomía al final de su vida y no dejar en manos de terceros los cuidados y tratamientos que quiere que se le suministren en una situación terminal.
-¿Deberíamos tener todos nuestro documento de voluntades previas?
-A mí no me gusta decir a la gente qué tiene que hacer y qué no, pero el documento de instrucciones previas es un testamento que no le sobra a nadie. Creo que al igual que hacemos el testamento para dejar en orden nuestras cosas materiales, deberíamos dejar por escrito nuestras preferencias respecto a los cuidados y tratamientos que queremos que se nos proporcione al final de la vida. Es un documento que te posiciona ante los imprevistos que te puedan surgir: un accidente de tráfico, un ictus, una demencia severa... y ante algo que es absolutamente previsible y es que todos vamos a morir. Cuando uno no puede participar en este último proceso vital surge la duda de cómo respetar su autonomía y toma de decisiones, decisiones que toman por nosotros los familiares o el equipo médico, y que muchas veces no se corresponde con lo que hubiésemos deseado. Imagínese si además entre los familiares hay discrepancias en cuanto a cómo actuar. ¿Qué se hace entonces?, ¿A quién se le tiene en cuenta? Además es un documento muy sencillo de hacer y que se puede modificar si tus preferencias cambian
-La muerte será previsible, pero no hablamos de ella. ¿Por qué?
-Hay una cierta fobia a la muerte que nos impide hablar de ella. Y en Galicia, más. Y esto puede explicar ese índice tan bajo de documentos de instrucciones previas. La muerte se trata, pero de aquella manera. Como se suele decir: "Mellor non falar dela". Y los datos ahí están, porque el resto de comunidades están por delante. Tal vez no se haya hecho tampoco un gran esfuerzo de sensibilización. Desde luego, es urgente empezar por sensibilizar a los profesionales sanitarios porque son el principal referente para el enfermo y los que deberían informarle sobre las voluntades anticipadas. Sensibilizar al resto de la población siempre es más complejo. Sin embargo, el índice de profesionales que conoce este documento pero no lo suscribe es el menor de Europa.
-¿Cómo se explica que el 97,5% del personal sanitario que trabaja con enfermos terminales no tenga testamento vital?
-Creo que no ven los fallecimientos y enfermedades que atienden como algo propio, haciendo una clara distinción entre lo que es su trabajo y el sentimiento hacia lo propio.
