Pilar Rey asegura que los menores tienen que poder despedirse de sus seres queridos siempre y cuando así lo desee el niño y la persona enferma, y sobre todo, que esto se haga desde el inicio del proceso. "Si decide ir, es importante informarle detalladamente de todo lo que se va a encontrar", explica.

Los menores tampoco deben quedar excluidos de los rituales de despedida familiares. "Está bien darles la opción y animarles a participar con los adultos en los rituales de despedida (sin forzarles) y también proponerles planes alternativos", apunta. En el caso de que el niño decida participar, la especialista recomienda explicarle la situación con detenimiento y que una persona cercana al pequeño y que esté tranquila esté a su lado para responder a las preguntas que pueda hacer e incluso a abandonar el lugar en cualquier momento si el niño lo desea.