La Asociación Española Contra el Cáncer lleva a cabo desde el año 2009 un proyecto de acompañamiento a personas que padecen un cáncer en estado avanzado que ya ha atendido a más de 4.000 pacientes y de 3.000 familiares gracias a la colaboración de la Obra Social "la Caixa". Supone una atención integral tanto de los enfermos como de su núcleo familiar. Se trata de una ayuda que prestan en todo el área sanitaria de Vigo desde el Hospital Álvaro Cunqueiro y, desde hace unos meses, también desde la planta de oncología de Povisa.

"Somos un equipo de cuatro psicólogos y un trabajador social que nos desplazamos a los domicilios de los pacientes para ayudarles a nivel emocional pero también con temas logísticos, por ejemplo, tenemos un servicio de préstamos de material ortopédico; y el trabajador social ayuda a las familias con la tramitación de ayudas", explica Begoña Amaro, directora del Programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas y una de las psicólogas del equipo que se reparte Vigo y su área metropolitana.

En lo que va de año ya han atendido a 807 pacientes y a 771 familiares, además de facilitar 254 casos de duelo tras el fallecimiento del paciente. "La asociación tiene una unidad de cuidados paliativos en Galicia que hace de soporte al servicio de Hospitalización a Domicilio, si ellos identifican que un paciente tiene una necesidad psicosocial nos avisan, también lo hacen algunos médicos de Atención Primaria, oncólogos o las familias directamente acuden a la sede de la asociación", cuenta Amaro.

La Obra Social "la Caixa" hace posible este programa que, a su vez, se hace cargo de la despedida de los enfermos de sus familiares y acompaña a estos en el duelo si así lo requieren. "Hay una ansiedad por la muerte que es inevitable. Depende de la persona y de lo que traiga consigo de antes pero, en todo caso, si se trabaja con la familia antes de que se produzca la pérdida después el duelo es menos impactante", asegura la psicóloga. Estos acompañamientos en el duelo pueden tener hasta un año de duración, en función del caso.

Los pacientes no siempre quieren hablar de su enfermedad, incluso después de pedir ayuda. "Muchas veces la persona sabe lo que tiene y conoce el desenlace, porque tratamos a pacientes terminales normalmente, y quiere hablar de ello abiertamente; pero en otras ocasiones conocen toda la información y prefieren obviarla. Hay que respetarlos en todo caso", sostiene. "Muchas veces no hay grandes demandas, solo saber que hay una persona ahí", añade Amaro, quien señala que suelen ser las mujeres quienes más demandan este apoyo, pero cada vez más hombres lo solicitan. Atienden a personas con todo tipo de tumores en fase avanzada y un grupo de voluntarios también les acompaña en casa mientras sus familiares no pueden atenderles.