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Iñaki Piñuel: "Los psicópatas están en nuestras vidas, la mejor opción es correr"

El psicólogo alerta en su libro "Amor Zero" de la "integración" de las personas carentes de emociones ni conciencia moral en la sociedad y de su alto nivel destructivo en pareja

Los psicólogos Emilio López (izq.) e Iñaki Piñuel, en el Club Faro, ayer. // R. Grobas

"Tendemos a pensar que un psicópata es solamente alguien que sale en las películas sobre crímenes o que es un loco, pero existen muchas personas, a los que los psicólogos llaman 'psicópatas integrados', que viven y se comportan con aparente normalidad aunque son capaces de hundirte la vida cuando te conviertes en su pareja". Así introdujo el presidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía, Emilio López, al psicólogo Iñaki Piñuel, que ayer presentó en Club Faro su libro "Amor Zero. Cómo sobrevivir a los amores con psicópatas". Piñuel, doctor en psicología, psicoterapeuta e investigador, dio las claves para identificar a estas personas y, lo más importante, para librarse de ellos.

"Los psicópatas están aquí, en nuestras vidas", comenzó el psicólogo advirtiendo a los asistentes de que son personas integradas en la sociedad. "No penséis que al verlas te echan para atrás, el psicópata integrado es terriblemente encantador, seductor, todo el mundo quiere ser su amigo", continuó. Piñuel alertó de su gran capacidad para crear una imagen social ideal que atrae a muchas "presas". Sin embargo, toparse con un psicópata supone una de las experiencias "más devastadoras" de la vida ya que son como "caballos de Troya" que se meten en la vida de las personas para "destruirlas". Según indicó el experto, entre el 10 y el 12% de la población es psicópata y cada de uno de ellos "va a depredar" entre 70 y 80 personas.

Un psicópata no tiene la capacidad de ser empático, no siente amor ni remordimiento. Su único objetivo es aprovecharse de la víctima, "vivir parasitariamente de ella y de su energía, así que son incapaces de sentir amor. El nombre del libro, Amor Zero, hace referencia a esta incapacidad: "Todo es apariencia, nunca hubo amor". Y alerta: "Si alguien reconoce a un psicópata, la mejor opción es correr porque en esta batalla siempre pierdes".

Su modus operandi es tan sencillo como eficaz: observan a su víctima y la atacan en su momento de mayor debilidad. Se presentan como "la solución a todos los problemas", copian los traumas que su potencial pareja ha tenido en la vida para configurarse como su alma gemela. "No existen las almas gemelas, cuando la encontréis podéis calificarla como psicópata", enfatizó el psicólogo.

"Este primera fase es muy intensa, el psicópata es amoroso, atento, romántico, invita a cenar, escribe continuamente", explicó Piñuel, que desgranó desgranó como "bombardean el cerebro de la víctima, haciendo que esta segregue una sustancia, la felitinamina, una hormona del amor que le genera a la víctima una adición".

Pero entonces este comportamiento se termina de golpe y comienza "la destrucción" de la otra persona, a la que hace creer que en realidad la culpa es de ella. "Provocan que sus parejas cambien, que personas que no eran celosas, que habían tenido parejas normales empiecen a hacer cosas que antes nunca hubiesen hecho". Este es uno de los momentos que el psicópata aprovecha para mostrarse como víctima, según indicó el escritor.

Piñuel argumentó que "los psicópatas se aburren rápido", "dejan caer" a su víctima y "se les quita la máscara". El abandono de la pareja se produce bien por cansancio, por falta de energía de esta o porque aparece una presa mejor. Aunque el psicópata pueda comenzar otras relaciones, es habitual que las víctimas intenten volver con él. "Y no es porque sean personas débiles o masoquistas"-aclara el experto- "es que el poder de manipulación de estas personas es formidable".

Piñuel describió a las víctimas que llegan hasta su consulta como personas "destruidas" con una fuerte sensación de contrariedad porque aún cuando reconocen el mal que la otra persona les ha inflingido, sienten la necesidad de estar con ella. "Presentan un cuadro de estrés postraumático, muy grave, lo mismo que sienten las personas que han sufrido una catástrofe ambiental, una guerra, un bombardeo y esto no se cura solo con que se deje pasar el tiempo", contó Piñuel, quien indicó que la mejor manera de zanjar una relación de este tipo es el "contacto cero" y acudir a un especialista. En caso de que este cuadro no se trabaje la persona puede tener cambios en su personalidad, como la desconfianza o la irritabilidad, que además le pueden llevar a renegar de cualquier posibilidad de pareja aunque "hayan pasado 20 años". "Hay vida más allá de un psicópata y de un amor zero, pero no porque pase el tiempo, hay que tratarlos", concluyó.

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