El acoso escolar afecta a una parte sustancial de la comunidad, si bien suele ser un problema temporal del que los padres nunca son informados por el centro o los profesores tutores. Es una de las conclusiones de un trabajo realizado por la Federación de Asociacións de Nais e Pais de Alumnos (Fanpa) de la provincia de Pontevedra, que tras realizar una encuesta entre la comunidad escolar concluye que casi un 40 por ciento de los entrevistados dice conocer casos, aunque la mayoría nunca lo sufrieron, mientras que un 20% sí que reconoce haberlo sufrido momentáneamente.

El acoso escolar en Pontevedra es "de carácter verbal", sucede en el aula y en tres de cada cuatro casos el colegio no actúa de oficio, afirma también este informe de Fanpa Pontevedra. Sobre un total de 313 respuestas recogidas en esta encuesta, los resultados revelan que no es un problema desconocido ni por los propios alumnos ni por los padres. La naturaleza de este acoso escolar es básicamente verbal, muy minoritariamente de carácter físico, ejercido solo por un agresor o un grupo muy reducido de personas que están en el mismo nivel, ámbito y espacio del alumno agredido, es decir, por compañeros directos.

"Cuando ya se produce el caso, primero hay que detectarlo por lo que resulta relevante saber cómo es que las madres y padres llegan a saber del problema: nadie recibe información directamente del centro de modo que las noticias llegan bien directamente solo de los menores, bien de los que lo sufren, bien a través de otros compañeros", expone el informe de Fanpa Pontevedra.

En cuanto a la valoración de las madres y padres sobre las consecuencias que perciben en sus hijos, el estudio indica que son básicamente emocionales y sociales, pero también tienen repercusiones académicas, entendiéndose que produce un bajón en el interés o rendimiento. No obstante -continúa el trabajo- los centros escasamente actúan de oficio, dejando que los padres tengan que hacer la petición expresa de intervención, incluso teniendo que repetirla para que la atiendan.

Respecto de las medidas, protocolos que debería tener o ejecutar el centro, los padres declaran un índice de insatisfacción bastante claro, que se revela claramente en los casos de falta de información.

Teléfono contra el acoso

Ayer entró en funcionamiento el teléfono contra el acoso escolar: 900 018 018. Está operativo las 24 horas del día, todos los días del año. Las llamadas son atendidas por profesionales de psicología, juristas, sociólogos y trabajadores sociales. La llamada es gratuita y no aparecerá en la factura de teléfono. Los usuarios con discapacidad auditiva o del habla disponen de un servicio de mensajería de texto.

En algunos centros de la provincia se viene aplicando el Programa de Tutorización entre Iguales (TEI), para actuar frente a este problema. El IES de Vilalonga (Sanxenxo) es pionero en la aplicación de este programa.

Se trata de un plan contra el acoso escolar que mejora la convivencia en el centro y trabaja la educación emocional de los alumnos, así como la autoestima, el autoconocimiento y la empatía.

Este es el segundo curso consecutivo que este instituto acoge este programa y la experiencia del pasado año fue muy positiva -aseguran sus responsables-, ya que se constató una disminución de la conflictividad entre los alumnos y una detección a tiempo de conductas que podían desembocar en situaciones de acoso escolar.

Casos "en todos los centros"

Ni la administración educativa ni la judicial revelan estos casos por razones obvias: se trata de menores de edad y la publicidad puede causar un daño mayor a la víctima. Sin embargo, docentes consultados por FARO aseguran que "en todos los centros hay casos". El acoso sobre algún compañero, sea en mayor o menor medida, con simples insultos, desprecios o burlas, hasta los casos más extremos de violencia, está en el día a día de casi todas las aulas.

En muchas ocasiones es difícil detectarlo -explican los docentes- porque las víctimas lo ocultan y los acosadores se las ingenian para que sus acciones pasen desapercibidas.