Nicolás asegura tener "bastantes deberes" y, aunque los de matemáticas los hace sin quejarse, "los de naturales e inglés, que son casi todo de copiar, son muy aburridos", dice. Su colegio, el Apóstol Santiago de Vigo, es de jornada partida, así que la mayoría de los días trata de hacer las tareas a mediodía o justo al salir de clase a las 5, antes de las extraescolares. "Están bien los deberes para que los niños se acostumbren a coger el hábito de estudio pero habría que buscar alternativas un poco más lúdicas porque para algunos niños se convierten en una pesadilla", destaca su madre, Vanesa Villa.