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Presidente de la Unión de Exportadores de los países de habla portuguesa

Mario Costa: "La política puede parar, pero los mercados no"

"Nuestra iniciativa se basa en el espíritu de comunidad y cooperación para vencer la desconfianza del colonialismo"

Mario Costa. / Irma Collín

Rebosa entusiasmo y dicen sus colaboradores que "sus días son de 48 horas". Falta le deben hacer porque la semana pasada la empezó en Guinea Bissau y la acabó en España previo paso por Lisboa y Oporto. Es Mario Costa, presidente de la Unión de Exportadores de la CPLP (Comunidad de Países de Lengua Portuguesa) y, además, presidente de la asamblea de los clubes de fútbol de Portugal, algo así como el Javier Tebas luso. Su última misión es "vender" una iniciativa de la que ya forman parte medio millar de empresas seleccionadas de los nueve países de habla portuguesa repartidos por los cuatro continentes y que ahora también extiende sus redes en España.

-¿Qué es la CPLP?

-Es la comunidad que reúne a los países de habla portuguesa. Fue creada hace veinte años pero hace dos años y medio decidió poner en marcha un pilar económico para afrontar la crisis. Las economías de Portugal y Brasil se vieron afectadas por problemas internos, mientras Mozambique, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Angola, Guinea Bissau y Guinea Ecuatorial son países vírgenes en economía pero con muchos recursos. La caída del precio del petróleo les ha pasado factura, antes exportaban petróleo y compraban todo, ahora tienen necesidad de hacer todo en el propio país, pero necesitan formación para poner en marcha un desarrollo que puede llevar décadas.

-¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?

-Queremos acelerar el proceso para ese desarrollo. Hacer una CPLP robusta y fuerte, que contribuya a la recuperación económica. Nuestro potencial es enorme. La CPLP se puede convertir muy rápido en una potencia mundial, tiene presencia en los cuatro continentes, Timor Este en Asia, Portugal en Europa, seis países en África y Brasil en América. Son países con recursos energéticos, todos con mar y el conocimiento y la tecnología que aportan Portugal y Brasil. Para llevar adelante esta empresa resulta necesario cultivar el espíritu de comunidad y cooperación, no pensar en cada uno de estos países por separado. Se trata de crear riqueza en estos países y formar a sus habitantes, para que tengan mejores salarios, mejor desarrollo, y superar así la desconfianza y el colonialismo.

-¿Qué papel juega la Unión de Exportadores que usted preside?

-La asociación tiene como única vocación la de promover el negocio con seguridad en todo este espacio geográfico, porque se trata de culturas muy diferentes y es necesario hacer puentes, buenos puentes. Nosotros ligamos negocios.

-La confianza debe ser un valor fundamental cuando se trata de mediar en inversiones en estos países.

-Sí, tenemos un equipo de más de un centenar de personas en todos esos países con unos valores comunes. Somos embajadores y damos confianza. Para que un empresario pase a formar parte de este grupo debe ser avalado, cumplir una serie de valores y principios. Juntamos conocimiento de tecnología con conocimiento de mercado y recursos naturales. Los nueve países de la CPLP están en regiones económicas geográficas que suponen más del 30 por ciento de la población mundial. Es una bomba que nos puede convertir en una potencia. Hay una gran oportunidad para hacer negocios con seguridad en todo este espacio. También está en fase embrionaria la constitución de la unión de bancos de la CPLP, que garantiza las operaciones en toda la zona.

-¿Puede el fútbol jugar algún papel como estímulo de formación en esos lugares?

-El fútbol es una máquina económica. Tenemos el proyecto de dar educación y deporte. Quien participa en fútbol está obligado a participar en proyectos de educación.

-¿Cómo afrontan su expansión en España?

-Tenemos contactos ya en Extremadura, Galicia y Madrid. Buscamos empresarios españoles que tengan conocimiento, competencia y capacidad para entrar en consorcio con empresas portuguesas. Estamos en todos los sectores de actividad y tenemos los canales porque estamos en todo el mundo para certificar y exportar productos.

-¿Resulta más difícil establecer contactos en España ahora, por la crisis institucional?

-Acostumbro a decir que la política para los políticos y los negocios para los empresarios. En Guinea Bissau también existe ahora un terrible problema político, los gobiernos cambian cada tres meses. La política para, pero el mundo no para, la economía no para, los mercados no paran. La economía tiene cada vez más necesidad de ser autónoma de la política. Los empresarios van por delante de los políticos. Los políticos no saben lo que es la economía real, no saben lo que es pagar los sueldos a fin de mes.

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