Cristina Romero, una madre de Gerona, se ha propuesto acabar con el desperdicio de alimentos en los comedores escolares, así que entregará 225.000 firmas en el Congreso en octubre para que la comida sobrante en los colegios sea entregada a centros sociales y personas necesitadas. La campaña "No al despilfarro de alimentos en comedores escolares. La comida no es basura", desarrollada en la plataforma Change.org, se dirige a los ministerios de Sanidad y de Agricultura y a las autoridades de Consumo. Romero empezó a tomar conciencia del problema en el colegio de su hijo, de ocho años, donde observó que sobraba comida porque los menús de la empresa proveedora eran de la misma cantidad para niños de tres años que de seis o doce, por lo que siempre sobraba comida.