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Bosques gallegos preparados para el cambio climático

Un ingeniero vigués descifra por primera vez el sistema vascular de los carballos

Estudia cómo estos árboles propios de Galicia disponen de un sistema de vasos conductores de agua en la madera que les permiten sobrevivir en momentos de sequía

La sección de la madera con los anillos a través del microscopio.

El ingeniero vigués Gonzalo Pérez de Lis profundiza en cómo afecta el clima a la formación de los carballos, que configuran masas naturales no gestionadas en los montes gallegos. Eligieron estos árboles frente a otros como el eucalipto porque son autóctonos de nuestra Comunidad y saber más acerca de ellos favorece la conservación del paisaje tradicional y la preservación de la biodiversidad. "Los bosques de robles son de una mayor calidad ecológica", afirma Pérez de Lis.

Además, los robles tienen una particularidad y es que su sistema vascular es distinto al de otros árboles ya que está preparado para sobrevivir ante condiciones adversas del clima, un hecho que el vigués ha descifrado en su tesis doctoral "Efectos do Clima na formación de madeira de Quercus robur L e Quercus pyrenaica Willd ao longo dun gradiente de mediterraneidade en Galicia: unha análise integrada mediante fenoloxía, anatomía e dendroecoloxía", dirigida por el profesor de la Universidade de Santiago (USC) Ignacio García González.

Las dos especies de carballo estudiadas, ambas propias de Galicia, tienen unos vasos que conducen el agua de las raíces a la planta en la propia madera -uno de los tejidos vasculares- que son de gran tamaño en un momento del año y después disminuyen. "Esta alternancia le permite afrontar una gran variación climática a lo largo del año. En momentos favorables, como en primavera, tienen unos vasos muy grandes que les permite guardar agua y el resto del año esos conductos son más pequeños, lo que le permite soportar sequías fuertes en verano", explica. Por la peculiaridad de estos vasos, a los carballos se les llama árboles de "anillo poroso" y con el estudio del vigués se ha podido ver exactamente cómo es la evolución de esos vasos ya que recogió datos durante dos años en montes gallegos.

Pérez de Lis llevó a cabo un estudio anatómico de la madera y su implicación de cara al funcionamiento de la planta y a la ecología de la especie con la colaboración de profesores de la Universidad de Valladolid y de la Universisté du Québec (Canadá). "Entender el funcionamiento de los bosques" es el común denominador de la carrera de este vigués que estudió ingeniería forestal en Pontevedra, de Montes en Lugo y un Máster en Recursos Naturales en Santiago antes de iniciar los cinco años de doctorado en Lugo en el campus de la USC que le han llevado a documentar la anatomía interna de los robles.

"En casos de sequía estos vasos se pueden llegar a bloquear y si se tratase de una sequía muy fuerte, provocaría la muerte del árbol", apunta este ingeniero, que reconoce que este verano atípico climatológicamente hablando para Galicia, ha puesto a prueba a los robles por su especial sequedad -este ha sido el verano más seco de los últimos veinticinco años-. "He constatado que este verano en Galicia, como en la zona de Xinzo de Limia, que los robles estaban sufriendo estrés hídrico por sequía, que se observa porque sus hojas amarillean", sostiene.

El estudio del clima sobre estas especies es importante no solo por la cantidad de madera que producen los árboles, también por los efectos que tiene que ver sobre su fisiología ya que se cortaría el transporte de agua y la planta se secaría. "Se cree que el cambio climático puede afectar a los bosques mucho y nos interesa saber cómo los bosques de robles pueden estar más o menos expuestos al aumento de las sequías", afirma.

El peligro para los carballos es claro, pero precisamente el estudio del vigués también describe la fortaleza de estas especies ya que aprovechan en épocas húmedas para guardar recursos de carbono y de agua para formar más madera y resistir mejor a las condiciones de este pasado verano. "Probablemente muchos de los árboles que vemos ahora amarillos vayan a rebrotar cuando vuelva a llover e incluso es posible que en otoño crezcan. Por lo tanto, son especies mucho más resistentes de lo que podíamos pensar", advierte. Es importante que la primavera sea húmeda para que los robles acumulen recursos de carbono frente a la tendencia a una mayor sequedad a la que parece abocada el clima gallego.

Gonzalo Pérez de Lis Castro - Ingeniero de Montes

"Este verano los árboles estaban sufriendo estrés hídrico por sequía"

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