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Los concursantes de Sobera para su 'First Dates'

El presentador y actor afirma que llevaría a su programa a Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias

Carlos Sobera. / FdV

Carlos Sobera (Barakaldo, 1960) es un referente de los programas de entretenimiento en la televisión española desde que presentó "¿Quién quiere ser millonario?". Actualmente es el "celestino" de "First Dates", el programa de la cadena televisiva Cuatro, en el que varias parejas intentan encontrar su media naranja a través de una cena. Estos días está de gira por España interpretando la comedia "El ministro", escrita por Antonio Prieto, en la que se refleja "la situación actual de la política corrupta y poco interesada por aspectos sociales y por la gente en general". Sobera cuenta que su personaje, Ramiro, es un ministro de Economía "sin escrúpulos" que arruinará su carrera política al intentar seducir a la profesora de Francés de sus hijos, caracterizada por Marta Torné.

- En octubre se cumplen dos años desde el estreno de "El ministro". ¿Cómo se siente cada vez que interpreta a Ramiro?

- Muy bien porque es un personaje muy apetitoso en el que hago una catarsis política y personal. Comienza siendo un tipo ambicioso, estirado y sin escrúpulos para convertirse en un pobre hombre a merced de los demás e incapaz de gestionar su futuro para terminar siendo un cabrón íntegro cuando se vuelve a considerar en posesión de las riendas de la situación.

- El mundo del arte no pasa por su mejor momento, ¿por qué decidió comprar el teatro Reina Victoria de Madrid?

- Porque alguien tiene que echarle valor y apoyar la cultura, ya que si no quién diablos lo va a hacer. Hay que apoyar el teatro privado con una utilización rigurosa y racional de los recursos, buscando el equilibrio entre la oferta y la demanda y, al mismo tiempo, haciendo arte y cultura. O lo hacemos nosotros que amamos esta profesión o no lo va a hacer ni Dios. Vuelco mi vida en ello porque creo que merece la pena. El teatro debería estar en los colegios porque ayuda a combatir el acoso escolar, la falta de autoestima y la apatía y, además, ayuda a crear valores como el respeto a los demás y a la sociedad.

- ¿A qué político cree usted que no le haría gracia ver su obra?

- A todos, digamos que el autor refleja la situación actual de la política corrupta y poco interesada por aspectos sociales y por la gente en general. Ha dibujado el ambiente de crisis económica acompañada de crisis de valores. No le gustaría ni a ministros ni a ningún miembro de la oposición porque son todos un poco responsables de la incapacidad que tienen de gestionar la situación de las elecciones.

- El personaje al que usted interpreta busca conquistar a una profesora de Francés. ¿Tuvo alguna vez esa fantasía como persona?

- Jamás, porque jamás he tenido una profesora de Francés para mis hijos, habré tenido otras pero no te las cuento que luego me lo publicas.

- Si usted fuese ministro de Economía de España, ¿qué medidas tomaría?

- La primera, reducir el Presupuesto del Estado en un 25%; la segunda, bajar los impuestos a los españoles y la tercera sería negociar con la Unión Europea el papel de España para intentar conseguir equilibrio entre prestaciones y contraprestaciones.

- ¿Cómo hace usted para motivarse en los días que está menos inspirado?

- Tengo la fortuna de tener un sentido del humor innato y me inspiró en la realidad y en las cosas que me rodean para sentirme empático y simpático. Casi todo lo afronto con humor y con entusiasmo, tengo esa vitalidad desde que era pequeño y soy muy optimista, no me cuesta enchufarme a la vida desde el humor. Cuando tengo días peores leo, voy al cine, quedo con mis amigos y mantengo buenas conversaciones, juego al mus?, tengo cosas que me pueden servir para expulsar la mala leche. También ver una película o leer un libro que me hace llorar es muy liberador.

- ¿Podría valorar el impacto del IVA cultural?

- Es un desastre. Con la cultura pasa algo muy diferente a lo que pasa con la cerveza. La cerveza a todo el mundo le apetece tomarla, pero la cultura implica un esfuerzo, y todos estamos bajo la ley del mínimo esfuerzo y preferimos ir a una terraza a beber cerveza hasta que aguante el cuerpo. Habría que bajar el IVA de la cultura para favorecer que los que quieran encontrarse con ella no tengan el problema de que les resulte excesivamente cara.

- Desde su experiencia en el programa "First Dates", ¿qué característica es la más valorada a la hora de "ligar"?

- El respeto hacia tu interlocutor, saber escuchar y no pensar que vas a una mesa a cenar con alguien para seducirle, con independencia de cómo sea la otra persona. Hablar y dejar hablar dejando escuchar.

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido a lo largo de su carrera en la televisión?

- El chico que ganó los 50 millones del 50% cuando estábamos en Telecinco. Me impresionó la frialdad que tuvo para llamar a su mujer pidiendo el comodín de la llamada y diciendo: "Cariño, me voy a llevar el dinero porque me sé la respuesta". Colgó, acertó y se lo llevó. Dicho y hecho.

- ¿Llevaría a Sánchez y a Rajoy a "First Dates"?

- Me llevaría a los cuatro, porque Rivera e Iglesias también tienen que aportar a esta historia. Tenemos políticos que no saben gestionar el voto de los españoles. Les han mandado un mensaje de que la realidad política y sociológica ha cambiado y que se han acabado las mayorías absolutas, por lo que es importante llegar a acuerdos para poder gobernar un país y poder vivir sin pelearnos, y estos siguen cada uno a su campo de lechugas personal. Por eso me los llevaba a "First Dates", les ponía un buen menú y a empatizarlos a los cuatro.

- ¿Se imagina usted un ministro de Economía que haya sido un jefazo del banco de inversión Lehman Brothers?

- Perfectísimamente; de hecho, las puertas giratorias están de moda en España, en Europa y en Estados Unidos, y muchos de estos señores que hoy tienen responsabilidades altísimas en un banco, mañana están en el Ministerio de Economía y pasado en el Banco Mundial.

- ¿Por ello considera que el humor es aún más necesario?

- El humor es el mejor instrumento de comunicación y, probablemente, la mejor forma de criticar la realidad e incluso de criticarnos a nosotros mismos, porque desde la perspectiva del humor parece que todo hiere menos y es mucho más educativo y didáctico. Creo en el humor como un instrumento de destrucción incluso de sistemas políticos, sobre todo para luchar contra los malos líderes.

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