En el Reino Unido el dinero ya se puede lavar. El Banco de Inglaterra puso ayer en circulación una nueva generación de billetes de cinco libras fabricados en plástico. Son "más limpios, más seguros y más fuertes", destacó Mark Carney, el gobernador del organismo emisor. Los británicos ya no tendrán que revisar los bolsillos entes de meter sus pantalones en la lavadora. Ahora el dinero es sumergible.

El nuevo "fiver", como popularmente se conoce a los billetes de cinco libras, es un 15% más pequeño y lleva la imagen de la reina Isabel II por un lado y la del ex primer ministro Winston Churchill por el otro. Entre las curiosidades cabe destacar que las agujas del Big Ben, la torre del reloj del Parlamento de Londres, marcan las tres en punto, hora aproximada en la que el conocido exdirigente británico pronunció su famoso: "No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor", cita que también está incluida en el billete.

Pero la gran novedad es que está fabricado con un polímero flexible que aumenta su durabilidad. Los británicos podrán sumergirlo en el té, intentar quemarlo con un cigarro, lavarlo a la máxima temperatura en la lavadora con detergente? Lo aguanta casi todo, con lo que el Banco de Inglaterra prevé que este medio de pago dure hasta cinco años, el doble de la vida estimada de un billete de papel.

La nueva generación de "fivers", cuyo valor equivale a unos 5,9 euros, también es más segura. El billete cuenta con las medidas habituales (calcografías, imágenes latentes, microimpresiones, marcas de agua, hilos de seguridad, relieves...) pero además tiene una ventana transparente cuyos bordes mutan de color y un holograma que cambia de forma cuando se balancea, aspectos que lo hacen más difícil de falsificar. Y todo ello sin perder flexibilidad. El billete se puede doblar y meter en el bolsillo más pequeño sin riesgo de rotura.

Puestos a destacar bondades, el Banco de Inglaterra incluso ha resaltado las ventajas medioambientales del nuevo billete, ya que al durar más tiempo se hacen necesarias menos impresiones, lo que significa un ahorro en el uso de energía y en el transporte del dinero. Además, cuando ha alcanzado el fin de su vida útil puede ser reciclado.

Progresivamente, los 329 millones de billetes de cinco libras que había hasta ayer en circulación en papel serán sustituidos por los nuevos de polímero. Los viejos serán retirados de la circulación en mayo de 2017 y después de esa fecha solo se podrán cambiar en el Banco de Inglaterra. El "fiver" es el primer billete que se imprime en plástico en el Reino Unido, pero después vendrán más. En verano de 2017 aparecerá el de 10 libras, que homenajeará a la escritora Jane Austen, y en 2020 entrará en circulación el de 20 libras, con el pintor William Turner en el reverso.

De acuerdo con la entidad inglesa, un total de 440 millones de libras (519 millones de euros) fueron invertidas para financiar la emisión de este nuevo billete, que se distribuirá para Inglaterra y Gales, ya que son otros bancos en Escocia e Irlanda del Norte los encargados de emitir los billetes para esas dos regiones británicas, si bien el dinero que emite el Banco de Inglaterra puede ser utilizado por los norirlandeses y escoceses en sus territorios.

Origen australiano

El billete de plástico es una novedad en Reino Unido, pero más de una treintena de países ya lo utilizan, casi todos en América, Asia y Oceanía. El billete de polímero fue desarrollado por el Banco de la Reserva de Australia (RBA), la Organización para la Investigación Científica e Industrial (CSIRO) y la Universidad de Melbourne y fue emitido por primera vez en Australia en 1998.

En las Antípodas hace muchos años que lavan el dinero, pero a nadie se le ocurre plancharlo, porque a temperaturas superiores a los 120 grados centígrados los billetes de plástico se deforman. No son indestructibles.