El santuario de los Milagros de Amil volvió a protagonizar este domingo una multitudinaria convocatoria. La que es quizá la romería religiosa con mayor participación de toda la comarca, volvió a ofrecer ayer imágenes de verdadero fervor religioso y devoción por la Virgen a quien los romeros piden los más variados favores, desde curar una grave enfermedad a aprobar esa asignatura que tanto se atraganta, como explicaban unas jóvenes peregrinas que realizaron el camino a pie desde Pontevedra. La capital de la provincia es uno de los puntos en los que hay mayor devoción por esta Virgen. Ya de madrugada se podía observar a numerosos peregrinos recorrer la distancia a pie que separa la ciudad del Lérez del santuario. Pero los romeros llegan de muchos puntos de la provincia, desde Caldas o Arousa y hay un buen número de autobuses que aportan fieles llegados de toda Galicia.

La mayor parte de ellos hacen pacientemente cola ante el templo para entrar en la capilla y allí venerar a la Virgen de los Milagros. Muchos son los que pasan paños o estampas con su imagen por su figura para bendecirlos y que sirvan de amuleto protector a lo largo de todo el año. Hay quien hace el último tramo del recorrido hasta la capilla de rodillas, una tradición que se fue perdiendo pero ayer todavía se podía ver a alguna devota incluso ascender de rodillas la larga escalinata hasta la capilla.

Desde la seis de la madrugada, cada hora, se repetían las misas en la capilla y en todas ellas el número de fieles es muy importante. Pero el fervor y la pasión religiosa se desata sobre todo a partir de la una cuando se celebra la misa solemne.