Las bodegas gallegas, especialmente las de Rías Baixas, están sufriendo la falta de lluvia de este verano en sus viñas, que tienen "un estrés hídrico brutal", indica Antonio Méndez, gerente de la bodega Señorío de Rubiós, ubicada en As Neves (Pontevedra). "Este mismo miércoles queremos hacer un muestreo en el 100% de las viñas para analizar el nivel de azúcares, acidez, etc. porque las informaciones de los parámetros de la uva que nos llegan son muy dispares", explica. "El año pasado, en el que tampoco llovió a estas alturas del año e hizo calor, el nivel de acidez era muy alto en esta zona de Condado", añade. Por otra parte, el calor ha provocado que se sequen muchas cepas, "especialmente de las plantadas este año, aunque también algunas antiguas". En conclusión, Méndez admite que es "un año muy difícil para las bodegas que no tengan riego por goteo". El bodeguero espera que las predicciones se cumplan y por fin llueva a finales de esta semana. "Necesitaríamos que lloviera bien y luego que volvieran unos días de buen tiempo; eso sería el ideal", destaca. En su bodega, la idea es comenzar la vendimia entre el 14 y el 19 de septiembre.

Por su parte, la bodega Mar de Frades, ubicada en Meis, ha preferido adelantar la recogida de la uva a hoy mismo. "La uva ya está perfectamente madura a causa del calor de este verano, así que hemos decidido adelantar la vendimia casi quince días", explica Paula Fandiño, técnica de la bodega. La experta indica que cuando las temperaturas superan los 36º "la planta cierra el estoma, se bloquea y no continúa la maduración, pero las temperaturas altas que no llegan a ese punto sí nos favorecen en la fotosíntesis y la maduración", añade.

La bodega destaca que en su zona, "durante todo el mes de agosto solo ha llovido 18 mm por metro cuadrado, muy escasa, por lo que nos vendría muy bien que lloviera en los próximos días y que luego hubiera unos días de sol", concluye.