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Director de cine

Imanol Uribe: "Queda mucho por reflexionar alrededor de ETA y ya estoy pensando en una película más"

"No concibo estar parado más de un mes; entre un proyecto y otro siempre me busco alguna historia para no desesperarme"

Imanol Uribe, en un momento del rodaje de "Lejos del mar" en Cabo de Gata.

Parece un hombre reposado, tranquilo y serio pero, en las distancias cortas, Imanol Uribe (San Salvador, 1950) es de fácil sonrisa y no oculta su enorme energía y su desesperación si está alejado de la cámara demasiado tiempo. El cineasta estrena hoy "Lejos del Mar", una película protagonizada por Elena Anaya, Eduard Fernández y José Luis García Pérez en la que regresa a uno de sus temas fetiche: ETA, que ya trató en "La fuga de Segovia", "La muerte de Mikel" y "Días contados". Esta vez, Uribe se acerca al conflicto vasco desde la perspectiva más íntima al narrar el encuentro entre un exetarra que sale de la cárcel tras una condena de 25 años y la hija del hombre al que asesinó.

-En alguna ocasión afirmó que había cerrado un ciclo, que no le apetecía volver al tema de ETA. ¿Qué pasó para que cambiara de idea?

-Nunca digas nunca jamás. ¡Ahora lo tengo bien claro! Esta historia la tenía en la cabeza hace ya muchos años, pero no era el momento de hacerla porque me faltaba perspectiva. En 2014, durante un tiempo de espera, recuperé aquella idea y tomó forma de una manera muy fluida. De hecho, es de las pocas veces que el proceso fue tan rápido: terminamos el guión en marzo (lo escribió junto a Daniel Cebrián) y en noviembre ya estaba rodada.

-Sin embargo, ha tardado mucho en estrenarse.

-Sí, desde que se presentó en el Festival de San Sebastián tuvimos que esperar un año más para que llegara este día...

-¿Cree que el tema que toca tuvo algo que ver?

-No, realmente no veo una mano negra detrás de esto... Es una cuestión de oportunidades, se fue cambiando la fecha de estreno... es algo que pasa muchas veces en el mundo del cine.

-Pero ya está aquí. ¿Cómo espera que la reciba el público?

-Me gustaría que ayudara a la gente a reflexionar sobre el odio, la venganza, el arrepentimiento y la locura que generaron estos años de violencia. He huido totalmente de las connotaciones políticas para escarbar en los sentimientos de los personajes, totalmente ficticios, aunque he tenido la sensación en todo momento de estar pasando por un campo de minas. Es una película que habla de las consecuencias de la violencia a medio-largo plazo y trata de ver qué pasa con las personas implicadas en el drama después de estos años. No pretendo que sea modélica de nada.

-¿Eduard Fernández y Elena Anaya eran sus primeras apuestas?

-Sí, los dos estuvieron en mi cabeza desde el principio. El personaje de Eduard tiene muchos silencios y su mirada dice muchas cosas... Él era perfecto. Y Elena también ha estado totalmente entregada desde la primera versión del guión, que fuimos desmenuzando entre los tres con mucha paciencia.

-¿Con esta película cree que cerrará su recorrido por la violencia de ETA o deja la puerta abierta?

-Totalmente abierta, ya nunca volveré a decir eso de "nunca jamás" (ríe). De hecho, tengo una historia entre manos que me contó un policía de Barcelona y que es increíble. Realmente, este tema afectó a toda España durante cuatro décadas y queda mucho por contar.

-¿Cree que el cine puede resolver temas que otros ámbitos, como la política, no pueden?

-Quizás no resolver, pero sí puede ayudar a reflexionar. Las personas vamos formándonos por mil cosas que nos rodean en todos los ámbitos y el cine es una de ellas y puede ayudarnos a reflexionar con libertad y serenidad. Es la única forma de que, finalmente, podamos dar paso al perdón y al olvido.

-Y el público, ¿está dispuesto a reflexionar?

-Este no es el tipo de cine que la gente va corriendo a ver, pero ocurre parecido en otros ámbitos como la televisión, donde su calidad deja mucho que desear. Yo creo que todos los medios tienen que mantener una función social, sin olvidar la de entretenimiento.

-Aparte de esa nueva posible película sobre ETA, ¿tiene algún otro proyecto en mente?

-En este tiempo de espera estoy también estudiando una historia que me ha llegado de mi país, San Salvador, y me fascina. Se trata del libro de un escritor salvadoreño que trata sobre la masacre que sufrió un grupo de jesuitas en 1989 en El Salvador y estoy a punto de acabar el guión.

-Vamos, que su verano no ha sido muy relajado.

-Hay que estar siempre a muchas cosas porque de cada proyecto que sale adelante, dos o tres se quedan en el tintero. A mí me gusta mucho trabajar y llevo mal los tiempos de parón; no concibo estar parado más de un mes, así que entre un proyecto y otro siempre me busco alguna historia para no desesperarme.

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