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Elena Pisonero: "La calidad de la Ultra Alta Definición es casi pornográfica"

"La UHDTV multiplica por cuatro los píxeles de la televisión tradicional"

Elena Pisonero en la sede de Hispasat. // FdV

La televisión en Ultra Alta Definición (UHDTV) viene para quedarse y ofrecer una experiencia única en los hogares que convivirá con la imagen de muchísima menos resolución de otros dispositivos, como los teléfonos móviles o plataformas OTT (Netflix o Youtube), augura Elena Pisonero (Madrid, 1967), enérgica presidenta de Hispasat, el operador de telecomunicaciones creado hace 27 años por el Gobierno español.

Convertida hoy en una empresa privada con Abertis como accionista principal, Hispasat da una cobertura satelital desde el medio del Atlántico y Brasil a la Península Ibérica, norte de África, Europa y a la costa este de América. Dos tercios de su facturación proceden del Nuevo Continente, donde es el operador de referencia en español y portugués, debido al elevado número de clientes en América Latina.

La transmisión en directo en altísima calidad de las grandes óperas que programa el Teatro Real es el último logro de Hispasat. "Es una experiencia casi pornográfica", ironiza Pisonero al alabar un proceso audiovisual que multiplica por cuatro los pixeles de la televisión tradicional y que permite apreciar hasta las gotas de sudor de los artistas.

Junto a esta revolución de la tele, Pisonero subraya el espectacular desarrollo de la red 5G para impulsar el internet de las cosas, la domótica del futuro, que permitirá la conexión simultánea de los dispositivos desde distintos lugares del planeta para controlar, entre otros usos, los electrodomésticos inteligentes de la casa a través del móvil.

Economista y valor siempre a tener en cuenta dentro del Partido Popular, Pisonero se presenta como una mujer "sincera y apasionada" a la que le gusta rodearse de equipos potentes. Desde que en 2012 se hizo con las riendas de Hispasat, esta mujer que sonó hasta en tres ocasiones como posible ministra del PP ha revolucionado una empresa en la que trabajan 185 personas entregadas al desarrollo del complicadísimo y competitivo mundo espacial. "Esta es una industria que genera un empleo de alta calidad y muy estable", explica la que fuera pupila aventajada de Rodrigo Rato, del que dice que fue un "excelente jefe" con el que aprendió muchísimo.

Sobre los últimos y farragosos episodios judiciales del exvicepresidente del Gobierno y exdirector del FMI, Elena Pisonero prefiere guardar silencio aunque añade sin arrugarse que no cree que la caída en desgracia de Rato esté vinculada a supuestas operaciones conspiratorias del ministro Cristóbal Montoro, al que se le ha acusado de levantar las faldas fiscales tanto de Rato como de José María Aznar. "El que te acusen de cumplir bien con tu trabajo es algo que está en el sueldo", celebra al referirse a su exjefe no sin antes aplaudir la obstinada preocupación de Montoro, "que debió ser trotskista en la facultad", bromea, por perseguir el fraude fiscal en España. "Me tranquiliza mucho la actitud del ministro", destaca desde su despacho de Hispasat en el Paseo de la Castellana, donde lleva cuatro años instalada.

Pisonero dirige una flota de siete satélites con posiciones orbitales a 36.000 kilómetros de la Tierra que dan cobertura a toda la Península Ibérica, al norte de África y a la costa este de América. "La posición orbital 30 grados oeste es muy buena, se encuentra en medio del Atlántico y puede dar cobertura a Europa y a todo el continente americano", presume la presidenta que también destaca las posiciones logradas por Hispasat en Brasil a 55,5 grados y 61 grados oeste para garantizar las transmisiones con la Flota Amazonas de tres satélites en el continente americano y situar a Hispasat entre los nueve operadores de telecomunicaciones más importantes del mundo. "Somos 10 veces más pequeños que los grandes y estamos en la división llamada regional", reconoce sin complejos al alabar los logros de una compañía que factura menos de 200 millones de dólares anuales frente a los 2.000 de las principales empresas del sector satelital.

La supremacía en esta industria espacial sigue en manos de norteamericanos y franceses. "En Francia fue una apuesta del presidente De Gaulle tras la segunda guerra mundial y los norteamericanos lideraron siempre la carrera espacial", analiza Elena Pisonero, cuyo equipo encarga la construcción de los satélites de Hispasat a estos dos países. "Los españoles no somos peores, solo hemos llegado más tarde a esta industria", se justifica.

La empresa española se encuentra ahora confeccionando otros tres satélites- dos en la posición 30 grados oeste y otro que aumentará la Flota Amazonas- para cerrar 2017 con una escuadra satelital de 10 aparatos. Cada uno de ellos tiene un coste medio de 250 millones de euros y una vida de 15 años. "No solo hay que construir el satélite sino que además tenemos que hacer la lanzadera desde la que se mandan al cielo", añade.

Con estos satélites, Hispasat garantiza la transmisión del "buen hacer de los profesionales de la comunicación" y muy buena calidad en Ultra Alta Definición.

"Los jóvenes ya ni saben lo que es una televisión tradicional y consumen contenidos a la carta a través de otros dispositivos", subraya la presidenta de Hispasat. Mientras tanto, Hispasat, RTVE y el Teatro Real impulsan ya la transmisión en altísima calidad de montajes operísticos, el último el pasado mes de julio, cuando sus satélites lanzaron la señal de la representación de "Il Puritani" de Bellini en más de 60 museos, auditorios, ayuntamientos y centros culturales de España, México, Colombia y Viena.

La convivencia de redes terrestres y satelitales será una realidad durante mucho tiempo, continúa la presidenta de la empresa que presta a través de los satélites servicios audiovisuales y de internet a los trenes del AVE. El reto está ahora en garantizar la conectividad total en los aviones, donde los pasajeros cuentan de momento solo con acceso a datos. Mejorar la oferta de internet y de voz en los vuelos dependerá "del interés de las aerolíneas por actualizar los sistemas de los aviones para que no afecte a la seguridad", concluye Pisonero.

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