Los dos planetas más brillantes en el cielo nocturno, Venus y Júpiter, quedarán prácticamente emparejados, vistos desde la Tierra, el próximo sábado, en su encuentro celeste más cercano hasta 2065.

Durante gran parte de este año, Júpiter ha sido el planeta dominante en el cielo al anochecer, brillando como una "estrella" plateada. Pero en los últimos meses, ha ido notablemente más bajo en el cielo del oeste y ahora se puede vislumbrar sólo por un corto periodo de tiempo en el crepúsculo después de la puesta del sol.

En contraste, Venus ha sido difícil, si no imposible, de ver para los observadores del cielo nocturno este 2016, ya que ha estado situado muy cerca del Sol. Comenzó a colarse fuera del brillante resplandor del astro a mediados de julio y ha ido surgiendo paulatinamente a la vista crepuscular durante el mes de agosto.

Cuando los dos planetas prácticamente se enlacen el 27 de agosto, se producirá, en cierto modo, el paso de la antorcha: Júpiter pasará el título de 'estrella de la tarde' a Venus. Para finales de este año, Venus será un objeto deslumbrante en el cielo al oeste-suroeste, una vez que sea totalmente de noche.

Una conjunción entre Venus y Júpiter, de por sí, no es un evento poco común: ocurre alrededor de ocho a doce veces por década en promedio, según informa Sky and Telescope. Por lo general, en este tipo de casos, la más pequeña distancia angular entre los dos planetas es de aproximadamente uno o dos grados, con un grado igual a la anchura de dos lunas llenas.

Pero este sábado es un caso especial, con un mínimo absoluto inferior al medio grado, es decir menos de una luna llena, 45 minutos después de la puesta de Sol, lígeramente por encima del horizonte en dirección oeste.