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La implicación del sector privado en la cultura

La cultura, el patito feo del mecenazgo

Las empresas prefieren invertir en ONG que en entidades culturales, que para el 61% tienen bajo interés - El sector cultural reclama una Ley de Mecenazgo más ventajosa

Visitantes en la exposición "Desplazamiento"del MARCO. // Eli Regueira

La cultura no resulta atractiva para las empresas que actúan como mecenas y goza de una pobre valoración en comparación con el resto de ámbitos de patrocinio. Según el último "Estudio sobre patrocinio y mecenazgo empresarial en España" de la Asociación Española de Fundraising, mientras que un 76% de las empresas muestran un interés alto o medio en colaborar con proyectos de ONG, solo un 39% muestra este mismo grado de compromiso con las instituciones culturales y un 61% confiesa que su interés en colaborar con estas entidades es bajo. De hecho, tres de cada cuatro empresas españolas patrocinan actividades de ONG vinculadas a la acción social, la discapacidad, la salud, la emergencia y la cooperación al desarrollo.

Otro estudio, este realizado en Cataluña aunque extrapolable al resto de España, según sus autores, coloca a la cultura en penúltima posición. Este mismo estudio también refleja que solo el 8,3 de las empresas realizan acciones de patrocinio y/o mecenazgo en actividades culturales, aunque también constata que las alianzas entre empresas privadas e instituciones constituye una tendencia creciente. El perfil de la empresa mecenas de cultura es la de una compañía industrial y de la construcción con más de 50 empleados.

El sector cultural o Tercer Sector reivindica desde hace años una reforma de la Ley de Mecenazgo, que incluya mayores ventajas fiscales para que a las empresas les resultase ventajoso invertir en cultura. "En España no existe una gran tradición de mecenazgo y, en general, es difícil hacer ver a las empresas privadas la rentabilidad que supone el patrocinio de eventos culturales, especialmente si se trata de arte contemporáneo. Tampoco existe una ley de mecenazgo que sirva para que tanto una empresa como un particular puedan desgravar una parte importante de su aportación a la financiación de actividades culturales.", asegura Iñaki Martínez Antelo, director del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (MARCO).

Martínez Antelo recuerda que desde el sector cultural llevan años reclamándo esta norma y que incluso ha habido varios intentos por parte de los sucesivos gobiernos, aunque de momento no han fructificado. "Y no parece que haya excesivo interés en retomar el tema. Solo hay que detectar el espacio destinado a hablar no ya de mecenazgo, sino del sector cultural en general, en las declaraciones de los líderes políticos, y su presencia en los programas electorales. Es poco menos que nula", añade.

Javier Buján, director de la Fundación Laxeiro, una de las primeras instituciones culturales de Galicia en contar con patrocinio privado y que actualmente tiene 50 pequeños y medianos mecenas, reconoce que este modelo de financiación fue algo que chocó hasta dentro del propio sector cultural hace 16 años. "Por esa tradición de que la cultura tiene que estar ligada a lo público hasta no parecía que quedara muy bien que aparecieran logos de empresas privadas al lado de los institucionales", afirma.

Sin embargo, asegura que el futuro apunta a un modelo mixto, con el apoyo estatal para las líneas de trabajo minoritarias o experimentales y la aportación privada para aquellos proyectos que por su atractivo para el público puedan beneficiar a la empresa a través de la revalorización de su imagen y el boca a boca. "Ni toda la cultura tiene que estar sustentada por el Estado ni toda la cultura tiene que estar sometida a los vaivenes publicitarios de las empresas privadas. El futuro está en un modelo de financiación mixto", opina.

Para Antón Castro, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Vigo, crítico y comisario de exposiciones, las ventajas fiscales en España no son muy halagüeñas para animar a la inversión privada en cultura. "Yo he llegado a trabajar con 90 patrocinadores en Milán y mi recuerdo es que las ventajas fiscales eran mayores. además de que tenías que publicitar las marcas", recuerda.

En España, sin embargo, el patrocinio empresarial se limita a actividades culturales puntuales de enorme calado, dice, como las que pueden organizar centros como el Reina Sofía de Madrid. "Estas siempre van a tener más notoriedad que si se hace en cualquier museo gallego. Por eso, las empresas españolas prefieren invertir en las capitales del circuito artístico", afirma.

A las pocas ventajas fiscales del mecenazgo, Castro añade el hecho de que en España las grandes empresas y las entidades bancarias invierten en cultura a través de sus propias instituciones. "Por eso debería haber más alicientes para que pequeños y medianos patrocinadores apoyaran exposiciones y actos en ciudades que no sean Madrid y Barcelona", insiste el catedrático, que apunta como principales motivos para el patrociniocultural la publicidad y la legitimación de la propia tarea empresarial.

Iñaki Martínez Antelo | Director del MARCO

"Es difícil hacer ver a la empresa la rentabilidad del patrocinio cultural"

Antón Castro | Crítico de arte

"Las empresas prefieren invertir en las capitales del circuito artístico"

Javier Buján | Director Fundación Laxeiro

"El futuro está en un modelo de financiación mixto"

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