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El reto: una línea en el abdomen

Una nueva y peligrosa tendencia que incita a la delgadez vuelve a difundirse en redes

El reto: una línea en el abdomen

Las redes sociales tienen el poder de arrastrar a las masas a realizar un reto que, en ocasiones, no hace más que incentivar la presión social sobre el cuerpo de la mujer. La última de estas tendencias es la conocida como ab crack. Consiste en estar tan delgada que se marque una línea en el abdomen, desde el esternón hasta el ombligo. Sin embargo, la delgadez no garantiza la hendidura, ya que en la mayoría de casos se trata de una marca congénita. Los expertos advierten de que estas modas potencian la baja autoestima y los trastornos alimenticios pero destacan que solo se trata de un reflejo de la sociedad, donde se encuentra el verdadero problema.

El ab crack lo han promovido, sin pretenderlo, modelos como Kendal Jenner, Gigi Hadid o Emily Ratajkowski, que comparten esa hendidura además de millones de fans en sus perfiles sociales. El gran soporte es Instagram, ya que es la aplicación más propicia para fotografías. El jefe de psiquiatría del Chuvi, José Manuel Olivares, resta importancia al impacto que estas corrientes pueden causar en los adolescentes y lo aclara: "Es un grano de arena más, la gente se ve mucho más forzada a cambiar sus hábitos por lo que le digan sus compañeros de clase, por la presión de la sociedad, que por estas cosas". El experto señala que para que una persona caiga en estos retos deben sumarse una serie de factores, como la personalidad, su entorno e incluso la genética.

En eso, en la genética, reside también tener una separación en los músculos abdominales, que pueden reflejar incluso hernias de la pared abdominal. Sin embargo, para intentar lograr esa línea las chicas se someten a una dieta muy estricta que busca tener un índice de masa corporal por debajo del 18,5%, lo que puede llevar a una desnutrición o a la anorexia. Como recuerda la nutricionista Rosaura Leis, de la Universidad de Santiago de Compostela, "una dieta baja en calorías conlleva riesgos para la salud" ya que produce "falta de energía, necesaria para la vida, para que el organismo funcione o para que los tejidos se regeneren".

La tendencia es solo la última de una larga lista. Antes de esta triunfaba la etiqueta #a4challenge, que podría traducirse por "ser tan delgada como un folio A4". El objetivo era que la cintura de las chicas desapareciera tras una hoja de papel. Tras su éxito muchos instagramers decidieron ridiculizar estas fotos subiendo las suyas con folios de tamaño A3 o mensajes en cartulinas. Y antes hubo otras, como la separación entre el abdomen y el biquini, producida por un prominente hueso de la cadera; o la abertura entre las piernas. Incluso una en las que rodillas debían ser tan estrechas como un teléfono móvil. Algunas clínicas de cirugía estética aprovechan el tirón y llegan a promocionar operaciones que consiguen estos efectos,. También el ab crack, que puede lograrse con una liposucción.

El poder de las redes

"Las redes no están en un vacío social, se expresa a veces que las ideas que se difunden ahí no existirían de no hacerlo estas, pero solo ayudan a difundir una inquietud que ya está en la sociedad", explica el sociólogo de la Universidad de Vigo, José Durán. Como el jefe de psiquiatría subraya que el poder de las redes sociales es el de multiplicar y difundir los mensajes que ya se han generado en la sociedad y que son sobre los que realmente hay que incidir. "Si que potencian enormemente las consecuencias, pero no son las que generan el problema", resume. Y añade un ejemplo: "Cuando apareció la televisión se debatía que si enseñar tanta violencia crearía individuos violentos; la violencia penetra más en la vida de las personas, pero no por eso genera violencia".

Sobre quien sí surte efecto es sobre personas ya predispuestas a problemas relacionados con su físico. "Las que no le dan tanta importancia a su cuerpo no son susceptibles de sentirse incluidas por estas tendencias", explica Durán. Las fotografías reflejan a los jóvenes obsesionados con la estética, con el cuerpo. "La pregunta es por qué están tan obsesionados y estas causas son sociales", apunta el sociólogo.

Instagram ha puesto control a ciertas imágenes, por ejemplo, los pezones están prohibidos. Sin embargo, no existen medidas sobre cuentas que incitan a la anorexia con fotos y mensajes explícitos. "Las redes sociales se mueven en la frontera entre lo público y lo privado, estos comportamientos privados que antes quedaban en esa esfera de pronto se difunden en las redes y se convierten en públicos, entramos en lo que se puede o no prohibirse, en el terreno de lo ético, moral y legal. Mientras que no atente contra la moral pública o los derechos de la gente, es difícil controlarlo", valora Durán.

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