Los mil doscientos refugiados que están ahora en el campo militar de Vasilika, controlado por el ejército griego, llegaron aquí desde Idomeni, donde habían creado un espacio llamado Eko Station organizado por voluntarios independientes que coincidieron en su voluntad de cambiar la situación de los refugiados.

Este mes de agosto, el grupo de voluntarios, en su mayoría catalanes, se reunió de nuevo en Grecia con estas familias refugiadas y consiguió alquilar un terreno de más de cuatro mil metros cuadrados colindante con el campo militar en el que malviven. Así, iniciaron el proceso de construcción de un campo de día con escuela, biblioteca, zona de juegos, un espacio solo para las mujeres y una cocina comunitaria. "Queremos hacer algo más grande pero había que sacar a la gente de allí, el desgaste cada día es mayor. No pueden estar siempre metidos en el campo militar, llevan mucho tiempo fuera de sus casas y el estado de ánimo ha decaído, hay muchas depresiones", explica la catalana Sara Montesinos, una de las voluntarias del proyecto Eko.

"La falta de rutina tiene a los niños todo el día histéricos, no se les agota nunca la energía. Por eso es importante ponerles horarios y actividades regaladas, además de jugar con ellos. Estudian inglés desde marzo solo y ya podemos entendernos bien con ellos", apunta. Para colaborar, se puede enviar un mensaje a las páginas de Facebook "Eko Project" o "Comunitat Eko".