Lejos de la imagen que a veces se ve de esta fiesta, la romería del Monte es una cita también familiar, pues son familias enteras las que suben a la cima para pasar una jornada de convivencia con los suyos en manteles colocados en el suelo.

Abuelos, padres e hijos se unen en familias muy numerosas para degustar la gastronomía local. Empanada, tortilla, salpicón de marisco, huevos duros, y hasta langosta, cada uno según sus posibilidades.

Muchos miembros de las bandas mariñeiras comen con su familia y otros lo hacen en grupos. Hoy las bandas mariñeiras están compuestas tanto por mujeres como por hombres. En los primeros años, las mujeres se encargaban de preparar la comida que sus maridos se llevaban al monte pero no podían formar parte de las bandas. Ahora, la democratización de las mismas, hace que mujeres y hombres participen por igual y disfruten al unísono de esta fiesta enxebre, donde la percusión es protagonista y leitmotiv.