La parroquia de San Xosé de Ribarteme, en As Neves, volvió a ser escenario del tradicional desfile de ataúdes. Los supervivientes a la muerte participaron un año más en una particular ofrenda en la que los agradecidos devotos realizaron una procesión dentro de un féretro. El objetivo: agradecer a Santa Marta su intercesión.

Cientos de personas quisieron ser partícipes de la tradicional procesión en la que, este año, también salió un féretro de un bebé -vacío- que logró sobrevivir a una grave enfermedad. Entre los devotos había diferentes historias de supervivencia como la de un joven menor de edad que sufrió un grave accidente de tráfico o incluso personas que ya fueron protagonistas del desfile en anteriores ocasiones.

La repercusión de la fiesta es tan destacada que el diario inglés The Guardian la calificó como una de las fiestas más raras del mundo, una descripción que incrementó notablemente su expectación.