El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, afronta una semana decisiva, con una eventual sesión de investidura a la vuelta de la esquina para la cual aún no tiene asegurados los apoyos que necesita. Quizás con la intención de tomar aire y descansar unos días, Rajoy aprovechó el fin de semana largo del Apóstol para viajar a Galicia. Se alojó en su piso de Sanxenxo, a donde llegó el viernes por la noche, y ha hecho la actividad que más le gusta cuando está de descanso, la Ruta da Pedra e da Auga. También ayer la hizo, pero se mostró más esquivo que en otras ocasiones.

Una decena de vecinos de Silleda y otras localidades del Deza que pasan unos días en Sanxenxo decidieron ayer hacer la Ruta da Pedra e da Auga, el camino de senderismo más famoso de O Salnés. Llegaron a la senda sobre las 8.15 horas, y en ese momento llegaban también los primeros vehículos del servicio de seguridad de Rajoy. Algunos de los dezanos se acercaron a los escoltas, para preguntarles si se podrían hacer una fotografía con el presidente, y estos les dijeron que si acaso "arriba", junto al monasterio de Armenteira.

Los excursionistas echaron a andar, y llegaron a la meta pasadas las 9.30 horas. Y aunque no habían acudido a la ruta por Mariano Rajoy, una de las excursionistas reconocía, medio en broma, medio en serio, que ya que estaban allí no se iban a ir sin antes saludar al presidente del Gobierno en funciones y hacerse una fotografía con él. Pero al final tanto ella como los demás se quedaron con las ganas de ver a Rajoy.

También se llevó un chasco el alcalde de Meis, José Luis Pérez, que subió temprano a Armenteira. Primero se acercó a ver el puente de la Ruta da Chanca que se cayó hace una semana cuando lo estaban cruzando seis personas (y que aún hoy sigue tirado) y después se acercó al tramo final de la Ruta da Pedra e da Auga, un ancho sendero encajado entre los cultivos agrícolas y el río Armenteira, con la intención de ver a Mariano Rajoy. Pero como le ocurrió a los dezanos, tampoco lo logró.

Quienes sí lo vieron fueron cuatro mujeres de Vilanova que tienen la costumbre de quedar los domingos y días festivos para hacer juntas la Ruta da Pedra e da Auga. Es una actividad con la que disfrutan, que les proporciona el espacio y el tiempo para ellas mismas que a menudo no tienen por los quehaceres diarios. En su caso, y al hacer con tanta frecuencia el camino, ver a Mariano Rajoy ya no las sorprende.

Pero Rajoy, esta vez, no subiría a Armenteira. Pasadas las 10 de la mañana, el coche-patrulla de la Guardia Civil aparcado frente al bar arrancó y se marchó. Esa vez, no cumpliría con su tradición de acercarse hasta la entrada de la iglesia del monasterio, antes de sentarse a desayunar tranquilamente un café, un zumo de naranja, pan con aceite y algo de fruta. Posiblemente, a mitad de ruta, salió de la senda por alguna de las zonas en las que ésta entronca con las pistas asfaltadas secundarias que llevan a las aldeas del entorno, como la de Couso.