La paleoantropóloga gallega María Martinón-Torres participa en esta excavación como miembro del Equipo Investigador de Atapuerca, al que pertenece desde hace 19 años. La experta ourensana abandonó el año pasado el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, donde dirigía el Grupo de Antropología Dental, para incorporarse a la prestigiosa University College de Londres. En la universidad londinense imparte la asignatura "Atapuerca y la evolución humana en Europa" y este verano ya ha participado en la campaña la primera promoción de estudiantes británicos.

"Participo en la excavación del nivel de TD4 de la Gran Dolina, de cerca de un millón de años de antigüedad, una trampa natural en la que encontramos restos de animales y las herramientas de los individuos que también pasaron por allí. Este año hemos encontrado herramientas, unas hermosas astas de ciervo, una mandíbula de jaguar, osos... Existen muy pocos yacimientos en Europa que tengan indicios de ocupación humana tan claros y que estén tan bien datados como este", explica Martinón.

La antropóloga asegura que este nuevo hallazgo certifica que "Atapuerca no se acaba y que no es un yacimiento sino muchos, algunos conocidos que seguirán dando sorpresas durante generaciones y otros que todavía se tienen que descubrir y explotar, como este". Por las características de la cavidad y los sedimentos que contiene, Martinón augura que la Cueva del Fantasma "puede ser otro yacimiento estrella, algo así como encontrar otra Gran Dolina que tantos hallazgos extraordinarios ha proporcionado para la humanidad en los últimos 20 años".

Sobre la posibilidad de encontrar vestigios de 1.5 millones de años en el nuevo yacimiento, Martinón es optimista: "Es un deseo razonable. La ocupación humana de la Sierra desde hace más de un millón de años hasta la actualidad ha sido intensísima, así que cabe esperar que pueda haber registro de esa presencia", concluye.