María Gudín (Oviedo, 1962) regresa a las librerías tras cinco años de silencio literario con "Mar abierta" (Grijalbo), una hermosa historia de amor y aventuras ambientada en una Inglaterra asolada por la guerra civil y un Caribe infestado de bucaneros y corsarios. La autora, que alcanzó el éxito con su trilogía sobre la invasión goda -"La reina sin nombre" (2006); "Hijos de un rey godo" (2009) y "El astro nocturno (2011)"- es médico especialista en neurología y desde 1992 reside en Ciudad Real. Ayer presentó su novela en Santiago.
-Del siglo VI y el esplendor del reino visigodo, en los que se centra su anterior trilogía, salta ahora al XVII, ¿cómo nació "Mar abierta"?
-Tenía ganas de dar un salto grande. Durante un viaje a Manchester conocí la mansión en la que se había rodado "Orgullo y prejuicio" y me llegó la historia de una conspiración, un cadáver en los sótanos...y fue el inicio de un proceso creativo que ha durado cinco años.
-De Inglaterra pasa al Caribe y a España. ¿Visitó todos los escenarios?
-Sí, para mí es esencial viajar a los lugares de la historia; aunque hayan pasado cientos de años, me ayuda a desarrollarla. Y luego, por supuesto, está la parte histórica, que requiere un proceso de documentación muy laborioso.
-¿Cómo fue el proceso de documentación en este libro?
-Fue complicado, porque quería hacer coincidir día a día lo que ocurría en un lugar con lo que pasaba en el otro. Estudié desde el Archivo de Indias al del Museo de Londres y cientos de documentos a través de bibliotecas. Al final, creo que consigo que lo más trabajado resulte lo más natural.
-Un personaje protagonista en cada una de las tres partes del libro. ¿Con cuál se siente más identificada?
-En la primera parte habla la protagonista, hija y nieta de almirantes vascos, que tras embarcarse en un galeón para reunirse en el Nuevo Mundo con su padre el destino quiere que termine en Londres retenida a la fuerza. La segunda cuenta la historia del hijo menor de la familia donde la protagonista es acogida; y en la tercera, una esclava negra cuenta el final de la historia. La primera es la que más trabajé psicológicamente y es una mujer, quizás más sencillo de escribir para mí, aunque me atrajo mucho la violencia del protagonista masculino.
-¿De qué forma le ayuda para escribir su formación como neuróloga?
-Me da soltura en los diálogos, porque estoy muy acostumbrada a hablar con la gente, analizar cómo responden... Esta es, además, una novela en la que los protagonistas han sufrido estrés postraumático, problemas emocionales y psicológicos que son muy similares a los que sufrimos en el momento actual.