Enrique Moledo, que trabaja en la Unidad de Quemados de Povisa, en Vigo, destaca de este logro la rapidez con la que consiguen fabricar la piel artificial, entre 48 y 72 horas. "Nosotros sobre todo trabajamos con injertos de la propia piel, que dan mejor resultado que los cultivos, aunque sean con células del propio paciente, porque la piel tiene muchas partes que no se pueden reproducir. Sin embargo, en los casos de grandes quemados a veces no hay piel sana suficiente para realizar todos los injertos necesarios y hay que esperar 15 días o tres semanas para realizar nuevos injertos lo que, en muchos casos, es demasiado tiempo y el paciente fallece". "La rapidez de fabricación de esta piel puede ser muy útil para algunos grandes quemados y para pacientes con enfermedades inmunológicas de la piel como la dermolisis bullosa", añade Moledo.
Galicia cuenta con dos unidades de quemados, una en Povisa y otra en el Complejo Hospitalario de A Coruña (CHUAC). En ambos casos ya tienen la oportunidad de solicitar este tipo de piel fabricada con células del propio paciente en el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias. "En este laboratorio, el soporte sobre el que crecen las células no es agarosa, la sustancia extraída de un alga que utilizaron en Andalucía, sino plasma o fibrina, que también son eficaces", describe. Hasta el momento, Povisa no ha tenido necesidad de hacer uso de esta piel artificial "pero nos han ofrecido probarla y lo haremos próximamente", indica el cirujano.
El especialista explica que hace años utilizaban de forma temporal piel donada de fallecidos e incluso de piel de cerdo, técnicas hoy desaparecidas. "En estos momentos, afortunadamente, hay muchos menos grandes quemados", concluye.
