El décimo y último episodio de la sexta temporada de "Juego de tronos", titulado "Vientos de invierno", ha sido redondo. Los guionistas han logrado volver a dejarnos con la boca abierta con un capítulo que se presentaba complejo por la cantidad de tramas abiertas. El punto de partida es el homenaje que se regala Cersei Lannister, copa de vino en mano, mientras observa la desintegración literal de sus enemigos en una explosión de fuego valyrio. No obstante, la venganza no le sale gratis, ya que su hijo Tommen, ante tal panorama (su mujer, Margaery, estaba entre las víctimas), decide tirarse por una ventana. A esta vendetta le sigue otra más grotesca. ¡Por fin "La boda roja" ha sido vengada! Si Walter Frey contemplaba en un banquete cómo masacraban a parte de los Stark, Arya, la menor de la familia del Norte, discurre castigar al anciano con un curioso menú compuesto por sus propios hijos. Y de postre, la niña le degüella, como hicieron con su madre, Catelyn. ¿Alguien dijo karma?

Además de satisfacer nuestra sed de venganza, nos han confirmado una de las teorías más comentadas entre los fans de la saga: Jon Snow no es hijo de Ned Stark, sino de su hermana Lyanna y ? ¿Rhaegar Targaryen? Encima, después del bombazo, le coronan rey del Norte en los salones de Invernalia. No es la única coronación del episodio, ya que es finalmente Cersei, quizá la Lannister que menos esperábamos, la que se sienta en el trono de Hierro. Pero, ¿por cuánto tiempo? La poderosa armada de Daenerys Targaryen, fruto de jugosas alianzas con Tyrell, Martell y Greyjoy, se dirige rumbo a Poniente. Un final de matrícula de honor acompañado por una banda sonora sublime.