¿Garantía de salud y limpieza o persecución a los fumadores? El debate está abierto en los 22 arenales gallegos libres de tabaco desde ayer. Mientras el programa de playas sin humo de la Xunta entraba en vigor con una presentación oficial en Baiona por parte del conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, los bañistas lo discutían a pie de toalla. En A Madorra -uno de los dos espacios junto al mar elegidos en el municipio de Nigrán para vetar los cigarrillos, además del de Prado-, opiniones para todos los gustos con un punto de partida común. Fumadores y no fumadores apelan al civismo y a la necesidad de erradicar las colillas de la arena, por su lenta degradación en diez años y sus efectos nocivos sobre la biodiversidad marina. La polémica se desata entre los defensores del eslógan "prohibido prohibir" y los partidarios de respirar aire puro.

Los adictos al tabaco tienen hasta el lunes para disfrutar de sus últimos cigarrillos en la playa nigranense, ubicada en la parroquia de Panxón. El Concello colgará en dos días los carteles que impedirán fumar al recibirlos con retraso por parte de la Xunta. Pero la controversia ya estaba ayer presente en las conversaciones.

"A mí me parece bien que no se fume aquí. Es una playa familiar, vienen muchos niños, el humo molesta y las colillas son una porquería", señalaba Marián, una vecina de Vincios asidua del arenal y no fumadora.

Del otro lado, fumadores como Yago, Tania y Loreto, tres jóvenes de Vigo que acudían por primera vez y última vez a A Madorra. "Había leído que prohibirían fumar en algunas playas, pero no me lo creí. Desde luego, no volveré", manifestaba el chico. "Es absurdo prohibir fumar al aire libre. Lo que hay que promover es la educación y el respeto. Nosotros no fumamos al lado de familias con niños y recogemos las colillas. Esto es como si prohibieran sacar los perros a la calle. Cada uno debe ser responsable, recoger los excrementos y punto", indicaban.

A Manuel Rodríguez, también fumador y usuario habitual del arenal, le parece segregadora la medida. "Llegará un momento en que haya playas para fumadores nudistas, perros fumadores y lo contrario", bromeaba. "Lo que hay es que concienciar para que no se tiren las colillas. Vemos los coches pasar al lado y su humo no molesta, pero el de los cigarrillos sí. Es ilógico", manifestaba. Médico de profesión, este bañista cuestiona la efectividad del veto al tabaco para rebajar su consumo. Lo considera incluso "hipócrita". "Del tabaco y del cáncer de pulmón vive gente. Mientras esto continúe así, será difícil acabar con el tabaquismo", insistía.

En cambio, otros profesionales de la medicina, como el propio conselleiro Jesús Vázquez Almuiña, apuestan por instar a la población a "dejar de fumar en la playa porque será un paso más para conseguir una sociedad sin tabaco". Así lo indicaba ayer en la inauguración de la campaña en Baiona, el primer concello gallego que impidió fumar en cinco de sus playas -A Barbeira, A Ribeira, A Concheira, Os Frades y A Ladeira- en los últimos cuatro años, cuando él mismo era su alcalde. Una iniciativa que ahora traslada como titular de la Consellería de Sanidade a toda la comunidad, convirtiéndola en pionera de las españolas, y que afecta a los dos mencionados arenales del municipio de Nigrán y a otros cuatro en la provincia de Pontevedra: el de Portocelo en Marín, el de Area Grande en A Guarda, Area de Bon en Bueu y otro aún por determinar en Cangas.

En la costa de Lugo, las playas sin humo son la de Coto en Barreiros, la de A Rapadoira en Foz, Os Castros-Illas en Ribadeo y O Torno en San Cibrao (Cervo). Y en A Coruña, la de Caión en A Laracha, la de Perbes en Miño, Bastiagueiro en Oleiros, las de A Concha y Morouzos en Ortigueira, Río Azor en Ribeira, Barraña en Boiro y otra todavía sin seleccionar en Valdoviño.