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Natalia de Molina: "Está bien sentir la culpa, pero hay que evitar que llegue a destruirte"

La ganadora al Goya por "Techo y comida" estrena "Pozoamargo", de producción gallega

Natalia no conocía a Enrique Rivero pero cuando el director mexicano le envió el guión de "Pozoamargo", la actriz no dudó en aceptarlo. La película, que se estrenó el viernes y está coproducida por la gallega Zeitun Films, arranca cuando Jesús se entera de que sufre una enfermedad venérea y al verse incapaz de enfrentarse a esta nueva realidad, decide marcharse y refugiarse en el campo, trabajando como campesino. Conoce a Gloria, una joven que, tras un accidente, se ha visto obligada a retirarse a una vida nómada. El acercamiento a la naturaleza, los consejos de un anciano y un accidente que casi le cuesta la vida, le hacen ver a Jesús lo inútil que es sentirse culpable por algo.

-¿Cómo llegó a esta película arriesgada en forma y en temática?

-Conocí a su director, Enrique Rivero, en unos premios en Sevilla en los que daban un galardón a "Vivir es fácil con los ojos cerrados" y David Trueba me pidió que fuera yo a recogerlo. Enrique se me presentó y me dijo que tenía una película y quería contar conmigo. Nunca me habían abordado así y me quedé un poco sorprendida; le dije que hablara con mi representante y unos meses después, que casi me había olvidado de aquello, me llegó el guión.

-Y aceptó.

-Buceé en su filmografía y me encantó esa mirada increíble que tiene. Mi personaje es una Lolita adolescente con un alto contenido sexual; nunca había hecho algo así.

-¿Le resultó complicado rodar ese tipo de escenas?

- Soy timidísima, pero todos mis temores desaparecen cuando empiezo a trabajar. Es cierto que antes de la primera escena de sexo fuerte me dio un ataque de risa, pero en cuanto dicen 'Acción' me olvido de todo y me doy cuenta que hay que tener miedo de otras cosas.

-¿Cómo fue trabajar con Jesús Gallego, que no es actor profesional?

-Es increíble que no lo sea porque es un verdadero actorazo y me sentí muy respetada por él en todo momento.

-"Pozoamargo" versa sobre el poder de la culpa. ¿Sigue hoy en día teniendo tanta fuerza?

-La culpa es universal y está muy arraigada. En ciertas situaciones está bien sentirla; ser responsable de lo que haces y no querer hacer el mal, pero hay que evitar que la culpa te destruya.

-Su físico le permite encarnar desde a una adolescente, como en este caso, a una madre soltera en "Techo y comida",

-Quiero tener una carrera muy versátil y hacer papeles que me supongan un reto. Hasta ahora tengo la suerte de haber hecho siempre lo que he querido, de haber podido elegir. Me llegan muchos proyectos de películas que intentan levantarse pero no lo consiguen a pesar de ser grandes ideas... Pocos se atreven a arriesgarse por nada. En España la cultura es lo último que importa.

-¿Hasta qué punto fue el Goya a actriz revelación por "Vivir es fácil con los ojos cerrados" un trampolín para su carrera?

-Desde esa película he rodado otras ocho, así que estoy muy contenta. No soy realmente consciente de mi suerte porque todo ha ido surgiendo de una forma muy natural, pero realmente cuando lo pienso, a mí misma me impresiona. Luego vivo "Techo y comida", que me puso en otro punto de mi carrera; vieron que soy una actriz con todas las letras y no una chica que solo tuvo suerte. Ésta es una profesión con muchísimo paro y el 95% de los actores no pueden vivir de su trabajo.

-¿Y ahora, cuáles son sus próximos proyectos?

-La próxima semana rodaré en Barcelona la tv movie, "La luz de la esperanza", sobre la historia real de una mujer que rescataba a mujeres embarazadas en campos de concentración. Tras el verano puede que empecemos dos rodajes, pero aún no puedo hablar de ellos. En febrero se estrenará "Los del túnel", con Arturo Valls y Raúl Cimas.

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