El tribunal tilda de "oportunista" que el joven se matriculara en un centro de secundaria para adultos cuando su madre recibió el traslado de la demanda y la notificación del juicio. En la vista, aseguró que quería ser entrenador y le exigían el graduado escolar. Pero la magistrada lo tiene claro: "Años han pasado sin estudiar, ni interesarse por nada, para aparentar un repentino y vivo interés por estudiar cuando durante cuatro años permaneció indolente y despreocupado de toda tarea, de su condición de carga para sus padres sin esfuerzo o compensación alguna por su parte".
El fallo va más allá pues entiende que "mantener la prestación alimenticia en estas condiciones, no solo es contrario a su sentido y razón de ser, sino que comporta el riesgo de la falta de incentivos en el alimentista" y recuerda que el Supremo previene "contra el favorecimiento de una situación pasiva de lucha por la vida, que podría llegar a suponer un parasitismo social".