Ya lo habían advertido diversos estudios desde hace años y, finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha refrendado. Las investigaciones llevadas a cabo hasta ahora apuntan que consumir bebidas muy calientes -a 65 grados centígrados o más- podría derivar en cáncer de esófago a la larga. Se basa en el informe, presentado ayer, de la International Agency for Research on Cancer (IARC) que, además, ha corregido apuntes anteriores. Una de las aclaraciones es que no se ha encontrado evidencia científica de que el café sea un producto cancerígeno como creían antaño siempre y cuando no se consuma muy caliente.

"El informe es muy claro, a bebidas energéticas como el café y el té, se les ha quitado la etiqueta de supuesto potencial cancerígeno. Hay un montón de estudios que señalan que el consumo moderado de café se asocia a una menor incidencia de cánceres muy frecuentes como el de mama, endometrio, próstata o carcinoma hepático", explica el médico y portavoz del Centro de Información y Salud del Café, de la Federación Española del Café, Mariano de la Figuera.

"En España, cuando se sirve un café debe estar a 45 o 50 grados como mucho", añade este facultativo que aclara que "los factores de riesgo más conocidos en el cáncer de esófago no es el consumo de café, té o mate. Los factores de riesgo de este cáncer -que en España no llega a cuatro casos por 100.000 habitantes al año-, se relacionan con una irritación de la mucosa de esófago que ocurre a personas que tienen continuamente ardor en el esófago. Ese reflujo provoca irritaciones que producen mutaciones celulares en un ambiente, que muchas veces es genético, y puede dar lugar a tumoraciones", señala De la Figuera.