La lactancia materna en bebés prematuros mejora la estructura del corazón y la función cardíaca a largo plazo, según un estudio publicado ayer en la revista Pediatrics. Trabajos anteriores habían demostrado que los adultos que nacieron antes de lo previsto tienen válvulas más pequeñas, paredes del corazón más gruesas y una función cardíaca reducida.

Los cambios en la estructura del corazón emergen en los primeros meses de vida, por lo que un equipo de la Clínica de Investigación Cardiovascular de Oxford ha evaluado si la alimentación en ese periodo puede afectar a ese proceso.