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El calor también se cobra sus víctimas

Las altas temperaturas provocan más de mil muertes al año en España según un estudio, que sitúa Pontevedra como la sexta provincia con más decesos por calor entre 2000 y 2009

Un termómetro cerca de los 40ºC

Apenas quedan unos días para la entrada oficial del verano en el hemisferio norte y mientras unos ya tienen puesta la vista en las vacaciones de sol y playa, otros ven como aumentan sus problemas de salud a medida que suben las temperaturas. Y es que el calor provoca más de mil muertes al año en España. Enfermos crónicos, mujeres embarazadas, ancianos y niños menores de 5 años, en especial los lactantes, son los grupos de mayor riesgo.

Según una información de la agencia SINC, que cita como fuente el estudio "Mortality attributable to extreme temperatures in Spain: A comparative analysis by city" que publica la revista "Environmental International", la mortalidad asociada al calor en España fue de 1.312 personas al año en el periodo de 2000 a 2009. En total, se habrían producido 13.119 muertes en estos diez años. Pontevedra sería la sexta provincia española que ha tenido un mayor número de decesos por calor más elevado (529), según SINC. Por delante, se situarían Madrid (2.291), Barcelona (1.205), Vizcaya (743), Sevilla (626) y Zaragoza (533).

Esto no quiere decir necesariamente que estas sean las seis provincias españolas que hayan registrado las temperaturas más altas en dicho periodo. El estudio "Temperaturas umbrales de disparo de la mortalidad atribuible en España en el periodo 2000-2009" publicado por el Instituto de Salud Carlos III en 2015, establece las temperaturas de disparo u olas de calor entre los 26 grados de A Coruña y los 40º de Córdoba, Sevilla o Málaga, lo que evidencia la habituación al calor de la población según el rango de temperatura al que se ve expuesta y lo que para algunas provincias es una temperatura de confort o de mínima mortalidad en otras puede considerarse una temperatura de disparo de la mortalidad por calor. Según este mismo informe, la temperatura máxima de disparo en Pontevedra es 30 grados, en Ourense 36 y en Lugo 34.

Pero independientemente de estas diferencias, lo que es evidente, según los científicos, es que las temperaturas extremadamente elevadas tienen un impacto sobre la salud de la población y así lo constata las 70.000 muertes que provocó en Europa la ola de calor de 2003, de las cuales, 6.000 fueron en España, según recoge el citado estudio.

"La relación entre la mortalidad y la temperatura tiene una curva en U, disparándose la mortalidad cuando la temperatura baja de los 6ºC y cuando está por encima de los 36,5ºC. La temperatura de disparo varía de unas ciudades a otras dependiendo de sus temperaturas medias. El exceso de mortalidad se asocia principalmente a períodos de tres o más días consecutivos de temperaturas non habituales, y su efecto puede observarse el mismo día o en los dos o tres días siguientes a producirse el incremento de la temperatura", explica Juan Gestal, catedrático de Medicina Preventiva e Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que añade que las altas temperaturas también provocan un aumento de los niveles de ozono y de otros contaminantes del aire que agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. "Y en caso de calor extremo los niveles de polen y otros alérgenos también son mayores pudiendo provocar asma", agrega.

Según el V informe de evaluación del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, la temperatura media global ha aumentado una media de 0,85ºC grados centígrados (entre 0,65ºC y 1,06ºC) en el periodo 1880-2012 y si sigue la tendencia para 2100, se prevé un incremento de entre 2,7 y 3,5ºC por lo que es previsible que las muertes por calor también aumenten. "Es necesario luchar contra el cambio climático, que se asocia con importantes cambios en la morbimortalidad, efectos en la salud relacionados con eventos meteorológicos extremos que, según la OMS, se han triplicado desde los años sesenta ocasionando cada año más de 60.000 muertes", asegura Gestal.

Los especialistas asegura que la mortalidad asociada a las altas temperaturas puede incluso ser mayores, ya que es difícil establecer una relación directa entre ambas. "Probablemente muchos casos se detectan por las enfermedades de base, sobre todo cardiovasculares, renales, diabetes, etcétera, y no por el calor como desencadenante y causa principal", explica Juan Miguel Barros, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública y especialista en Epidemiología Ambiental de la USC. "La mayor parte de las enfermedades relacionadas con el calor se deben en mayor o menor proporción y con efectos más o menos graves a un fallo en el sistema de termorregulador de nuestro organismo", añade este experto.

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