El mítico programa de televisión "Los payasos de tele" de Fofó, Miliki y Gaby se reinventa en forma de musical con un guión de Rody Aragón y su hermano, también payaso, Fofito. El espectáculo llega mañana al Teatro García Barbón Afundación de Vigo a las 18.30 horas. El sábado actuarán en O Carballiño y el domingo estarán en A Coruña.
Rody Aragón llevaba mucho tiempo sin volver a ponerse la camiseta larga roja y los zapatones, antes de volcarse en el musical estuvo girando con un circo. Pero hace dos años y medio se decidió a recuperar el traje de payaso de la familia para rendirles un homenaje y transmitir su filosofía también a los más pequeños de hoy en día. Lo hace subido al escenario con otros tres actores: Claudia Molina, Jorge Belizón y Carlos Jiménez Alfaro; y junto a dos bailarinas profesionales.
-¿Cuál es la propuesta de este espectáculo musical?
-Es el primer musical que hemos desarrollado en la familia. Es un homenaje a "Los payasos de la tele", a mi padre y a mis tíos. Nos hemos basado en la parte que mejor funcionaba en el programa de televisión, que eran las canciones y la comedia, los sketches. La parte de la aventura era, quizá, lo más esperado del programa, por eso hemos desarrollado este musical entorno a una historieta de las que ellos contaban en televisión. De hecho, le llamamos la gran aventura porque reúne comedia, con los sketches más significativos acompañados de los éxitos musicales como son "Cómo me pica la nariz" y el "Hola Don Pepito". También sorprenderemos al público con canciones inéditas.
-¿Cómo es el argumento de la historia?
-La aventura consiste en que como nadie es capaz de pasar la noche en un hotel encantado, los payasos decidimos pasarla porque si lo conseguimos, heredaríamos el hotel. Como Fofó, Gaby y Miliki, que contaban una historia en cada programa, ahora nosotros lo hacemos pero como un musical.
-¿Qué tal funciona este nuevo formato?
-Muy bien. Estuvimos siete meses en cartel en Madrid y ahora comenzamos una gira en la que Galicia es nuestra segunda parada, esperamos recorrer toda España en verano y volver al teatro en Madrid a finales de septiembre con una segunda temporada.
-¿Por qué os decidisteis por un espectáculo musical?
-Estábamos de gira con el circo y la gente nos preguntaba mucho "¿para cuándo el musical?". Nos llamaba la atención porque en la familia nunca habíamos hecho eso propiamente. Así que Fofito y yo decidimos escribir este musical, que tiene un final en el que hacemos un homenaje a la familia. Es un momento muy emotivo para los padres que les recuerdan pero también para los niños, que los han conocido a través de internet.
-¿Qué hacéis para mantener la atención de los niños?
-Sin duda los niños están prácticamente invadidos por las nuevas tecnologías pero cuando ven algo vivo que les está contando algo a ellos, que les hace reír, que les hace cantar... Creo que eso es ahora más sorpresivo para ellos que antiguamente porque era lo único que había. Creo que el niño sigue encantado con esta filosofía de comunicación que tenemos nosotros. De lo que nos hemos dado cuenta es que los niños de ahora tienen una agilidad mental tremenda. Tuvimos que tenerlo en cuenta y eliminamos partes del espectáculo porque podrían identificar fácilmente el final de algún sketch. Vamos con otro ritmo y con un lenguaje que les resulte familiar. Yo veo los programas de la familia y es como si fuésemos a cien por hora respecto a ellos ahora.
-¿Qué aporta el musical al recuerdo de "Los payasos de la tele"?
-Precisamente el formato, no tiene nada que ver con las actuaciones clásicas con canciones y comedia hablada. Esto tiene un argumento y una misión, metemos al niño en la trama para que permanezca en vilo hasta el final. Todo el tiempo le vamos dando del mensaje de que hay que concentrarse en lo que estás haciendo y no entretenerse.
-¿Los niños se siguen riendo con las mismas bromas?
-La verdad es que hay bromas clásicas de "Los payasos de la tele" que siguen funcionando igual de bien. Pero tenemos que adaptarnos a la actualidad que viven ahora los niños y hacer chistes con personajes que les sean reconocibles. Además, siempre tenemos pinceladas para lo que viven los padres, y pienso que lo agradecen.
