Un doble trasplante de células madre del paciente, junto a quimioterapia, logra que sigan con vida y libre de enfermedad, tres años después de tratamiento, la mayoría de los niños con neuroblastoma, un cáncer cerebral infantil de alto riesgo y que, en Estados Unidos, es el segundo tumor sólido más común en los niños y aparece con más frecuencia en menores de seis años.