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Las conferencias de Club FARO

Reprogramar la mente para ser más fuertes

"La clave de la fortaleza emocional está en los pensamientos, en lo que nos decimos a nosotros mismos ante las adversidades", afirma el reconocido psicólogo cognitivo

Rafael Santandreu (izquierda) y Jorge Rial, antes de comenzar la charla. // Adrián Irago

"La felicidad se practica en el presente, poniéndole pasión a lo que estás haciendo". Con esta premisa, el invitado de ayer del Club Faro, el psicólogo Rafael Santandreu, animó al público que abarrotó el Auditorio Municipal Areal a reprogramar su mente y a aprender a disfrutar de las pequeñas cosas. El reconocido psicólogo, autor de "Ser feliz en Alaska. Mentes fuertes contra viento y marea", dio algunas claves para construir una mente más fuerte en una charla en la que el público tomó la palabra desde el minuto cero y que fue presentada por Jorge Rial, experto en "coaching" y programación neurolingüística.

En su intervención, titulada "Mentes fuertes contra viento y marea", Santandreu desarrolló los tres grandes pasos de la metodología de la psicología cognitiva que explica en "Ser feliz en Alaska" y aseguró que todas las "neuras" que nos amargan la vida, como la ansiedad, y el estrés, las preocupaciones y los miedos, son el resultado de una mentalización errónea que podemos rebatir con argumentos racionales. "La psicología congnitiva habla de que nosotros podemos cambiar nuestros pensamientos para cambiar nuestro mundo emocional", afirmó.

El psicólogo congnitivo invitó al público a desprenderse de todas las cosas innecesarias y a viajar ligeros de equipaje. "El ser humano solo necesita dos cosas para ser feliz: agua y comida. No siquiera necesitamos estar entretenidos. Ni tener pareja. Si podemos conseguir esto: agua y comida podemos ser felices", aseguró. Sin embargo, la sociedad se centra en el "tener" y el ser humano tiende a darle demasiada importancia a todo, según Santandreu, lo que ocasiona pensamientos erróneos y negativos que debilitan la mente.

"Damos demasiada importancia a todo y esto es una de las fuentes de locura del ser humano. Darse demasiada importancia, dar demasiada importancia a las cosas, a los demás, al universo es una enfermedad", afirmó. Puso como ejemplo el valor que se le da al respecto. "Si tu tienes una mente fuerte, no te tienes que sentir agredido si alguien no te muestra respeto o si te insulta. ¿Y qué? El problema es de quien insulta, no tuyo", sentenció. Pero frente a la importancia que le otorgamos a las cosas, recordó que el ser humano es un granito de arena en un universo enorme. "Y este hecho de no ser nada es maravilloso", añadió en su charla-coloquio con el público.

Santandreu también habló de la pareja y de cómo se asume el abandono como una tragedia. Y esto se debe a que no aplicamos ideas racionales a lo que nos sucede. "Si me deja la novia y todo el tiempo estoy repitiéndome a mí mismo cosas como que ya no encontraré a nadie como ella, por qué la dejé escapar, al final terminaré creyéndome todo esto y me sentiré fatal", dijo. En este sentido, añadió: "No nos afectan lo que nos sucede, sino lo que nos decimos".

Y esos pensamientos negativos se hacen más cruentos por la noche, precisamente por el cansancio que se arrastra. "Estás agotado de darle vueltas a las mismas ideas irracionales, por lo que al final del día te golpean. Esto demuestra que la clave de la fortaleza emocional está en los pensamientos, en lo que nos decimos a nosotros mismos ante las adversidades"

En su opinión, el problema aquí es que se exageran los pensamientos negativos. "El eje del malestar emocional es exagerar lo negativo", aseguró. Y este malestar emocional puede conllevar problemas como la ansiedad, que responde también a que no dejamos descansar la mente. "Hay un verbo que eliminaría del diccionario: despachar. Esto es algo que hacemos mucho. Despachamos todo y cuando llegamos a casa estamos tan cansados que solo queremos dormir. Hemos embrutecido nuestro día. Sin embargo, si tienes una mente fuerte y hacemos las cosas con amor, el trabajo no solo no te cansa, sino que te llena de energía mental e incluso física", aseguró.

Santandreu abogó por relantizar el ritmo, algo, reconoció, complicado en las grandes ciudades. "Llevamos una vida locamente acelerada y esto no es sano. Solo cuando vamos a un pueblo, donde la gente se para y habla con los demás, nos damos cuenta de que ese es el ritmo que hay que seguir. Y esa es la velocidad de la salud mental", advirtió el psicólogo, que añadió: "No necesito correr y malgastar la vida".

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