Internet es un camello peligroso. Lo asegura Olga Valverde, responsable del grupo de investigación de neurología del comportamiento de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Valverde, licenciada en Medicina y doctora en Neurociencia y Farmacia, insiste en que debido a la web las nuevas drogas llegan antes al mercado que al laboratorio. "Muchas veces ya se están utilizando antes de que sepamos cuáles son sus efectos", alerta. La investigadora también hace hincapié en el consumo de alcohol en forma de atracón entre los jóvenes, que produce daños importantes en el cerebro. "A lo mejor no sufren una fibrosis hepática, pero sí padecen alteraciones en su capacidad de aprendizaje y de memorizar", manifiesta.

-¿En qué tipo de trastornos se centran sus investigaciones?

-Trabajamos en los trastornos adictivos, depresivos -que cada vez hay más casos por la situación económica-, de dolor y de pensamiento. Aunque ahora mismo estamos muy centrados en el consumo de alcohol. Es una droga lícita, de la que no se conocen o no se quieren conocer sus consecuencias negativas. El gran problema es lo que conocemos hoy como "botellón" y que practican principalmente los jóvenes.

-Un reciente estudio revela que casi la mitad de los adolescentes llegan a beber seis o más cubatas en dos horas. ¿Cómo se puede frenar esta tendencia?

-Los datos son alarmantes. El plan nacional de drogas indica que más del 30% de los jóvenes de entre 14 y 18 años practican "botellón" al menos una vez al mes. Además, estamos ante una situación nueva: mientras que antes el consumo era masculino, en los "botellones" beben lo mismo las chicas que los chicos. Ahora bien, ¿la solución es prohibir? Yo creo que tanto las autoridades educativas como sanitarias lo que tienen que hacer es informar de los riesgos. Con un consumo crónico lo primero que se daña es el hígado y al cabo de los años las personas acaban sufriendo una fibrosis hepática. Pero con el "botellón" lo que dañan es el cerebro. ¿Y cómo informamos? Pues de una forma directa, que llegue a los jóvenes de la mano de otros adolescentes. De hecho, en Cataluña y en Madrid se está haciendo en algunas fiestas con las drogas. Hay menores que informan a otros sobre su composición y efectos.

-O sea que el atracón de alcohol va directo al cerebro.

-Sí, eso es lo que estamos viendo. Como no son consumos crónicos, sino esporádicos, el primer paso, que era el metabólico y hepático, se lo saltan. Pero claro, al tratarse de niveles de alcohol en sangre tan elevados produce daños cerebrales. Al menos en los modelos experimentales se observa que si se hace en la adolescencia del animal o en la etapa prenatal sus efectos duran hasta la época adulta. Y nos referimos tanto a cambios comportamentales como neuroquímicos.

-¿Puede concretar más?

-Por ejemplo vemos que el consumo de alcohol en adolescentes en forma de atracón produce alteraciones en sus capacidades de aprendizaje y en consecuencia de memoria. Esto a su vez permite que a corto plazo puedan aparecer de forma precoz enfermedades neurodegenerativas. Asimismo, observamos que el "botellón" puede hacer a los jóvenes más vulnerables al consumo de otro tipo de drogas. Y también pueden sufrir depresiones.

-Ahora se habla mucho de las nuevas drogas, más potentes que el cannabis o las anfetaminas, que se venden por internet.

-Estamos trabajando con algunas de ellas, como la mefedrona y el MDPV (droga caníbal). Son psicoestimulantes, es decir, no tienen el perfil del alcohol, sino el del éxtasis. Son muy peligrosas por varios motivos. El primero es que el hecho de poder venderse por internet atraviesa una serie de filtros que les permite llegar a los jóvenes, sin aportar información. Es más, muchas veces se falsean sus características. Otro de los peligros que vemos es que estas drogas llegan antes al mercado que a las manos de los farmacólogos, que son quienes las estudian. Esto se traduce en que muchas veces ya se están utilizando antes incluso de que sepamos cuáles son sus efectos o cómo se podrían tratar. Cuando salen es cuando se da la alarma y es cuando se empieza a investigar. Pero, claro, un estudio lleva años y a lo mejor en ese momento ya aparece otra.

-¿A qué se debe este cambio de hábitos?

-El consumo de alcohol en forma de atracón ya se daba antes en otros países, sobre todo en los nórdicos. Allí siempre se consumió mucho alcohol en corto período de tiempo, mientras que en el Mediterráneo éramos más de un poco de vino y cerveza. Estos hábitos están cambiando y los jóvenes lo que buscan ahora no es acompañar una comida, sino la embriaguez en poco tiempo para perder el control de la situación. Ya no es el placer de beber. Y en cuanto a las drogas de diseño, se consumen ahora porque son baratas, accesibles y tienen efectos muy rápidos e impactantes. Una de las preguntas que hace el plan nacional es cómo de peligroso consideras la heroína. Los españoles aseguran que es muy dañina , sobre todo de forma intravenosa, porque lo asociamos al sida y a la hepatitis C. En cambio, sorprende que no consideremos tan peligroso consumir cannabis cada día o beber alcohol en forma de atracón. El desconocimiento es total.