Jacobo tenía 6 años cuando sufrió acoso escolar. Fue durante dos años a diversas terapias psicológicas y cambió de colegio, pero el pequeño -con altas capacidades- seguía mal. Una profesora le animó a practicar surf y sus padres aseguran que el cambio en el niño ha sido "impresionante". Jacobo cumple ahora 10 años, es más bajito y con menor peso que otros niños de su edad y necesitar gafas para surfear, pero ha conseguido formar parte del equipo de competición de la escuela Prado Surf. "Es un niño feliz, tiene la autoestima muy alta y sigue siendo un estudiante brillante", asegura Chus Baudot, su madre que no duda en afirmar que "el surf ha sido su mejor terapia". "Prefiero mil veces pagar horas de surf que horas de terapia", añade la madre.

Jacobo hacía otros deportes como fútbol, baloncesto, tenis y bádminton pero es en el surf donde ha encontrado la motivación que necesitaba. "Ha visto que es un deporte en el que hay que saber esperar, que con la fuerza no se consigue nada y que hay que ser prudente", concluye.