El Obispado de Lleida ha ordenado a todos los profesionales o voluntarios de sus parroquias, comunidades y delegaciones diocesanas que realizan tareas pastorales con niños o jóvenes que obtengan el Certificado Negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales, conocido como certificado antipederastia. Entre otros, afectará a monitores de esparcimiento, catequistas, voluntarios y profesionales de la Diócesis que tengan contacto habitual con menores.