Las declaraciones de testigos sobre la denominada secta de Oia se suceden en el juzgado de Tui. Ayer dos "miguelianos", un seminarista y una pseudomonja del convento de Vilariño, negaron conocer los supuestos abusos sexuales que se atribuyen a Miguel Rosendo, imputado además, con otra decena de antiguos integrantes por otros delitos como posible fraude fiscal. "No puedo decir lo que no he visto", dijo al salir del juzgado el seminarista.

La abogada de Rosendo, el líder de Orden y Mandato San Miguel, en prisión desde hace año y medio por presuntos abusos sexuales, señaló que los dos testigos "han desmentido absolutamente ante la juez las acusaciones de abusos", aunque la letrada de la acusación indicó que si bien ellos "pueden no haberlos sufrido en sus propias carnes, no pueden saber si los sufrieron otros", ya que no saben lo que Rosendo hacía en sus habitaciones.

La defensa apunta que las cuatro chicas que han denunciado haber sufrido abusos sexuales "tienen motivos personales contra Miguel" y pidió la libertad de éste tras reiterar que aportó un informe médico de algunas fieles a Rosendo para demostrar que son vírgenes. La acusación sostiene, por el contrario, que "el acceso carnal no se da solo por vía vaginal" y que esas jóvenes "podrán decir que son vírgenes y posiblemente lo sean, pero choca abiertamente con los testigos". "Esas que son vírgenes, tenían orgías", aseveró.