Stephen Liu, director del centro de investigación en soldaduras, uniones y recubrimientos de la Escuerla de Minas de Colorado, es uno de los referentes de nuevas tecnologías aplicadas a la ingeniería metalúrgica en Estados Unidos. Colabora con la Nasa y la multinacional General Electric en la fabricación de una nueva generación de turbinas revolucionarias para la aviación

-¿En qué consiste esta tecnología?

-La capacidad de hacer una pieza de una sola vez y que funcione desde el primer momento, sin tener que hacerla por partes ni quitándole partes como ocurre con las piezas de fundición. Es un proceso que ahorra mucho tiempo, eliminando todo el mecanizado que precisa una pieza de fundición. También permite producir piezas complejas, o que tienen una dificultad enorme para hacerse mediante soldadura.

-¿Estamos hablando de lo que comúnmente se llama impresión en 3D?

-Tiene muchos nombres. Impresión 3D es lo que más se usa.

-¿Para qué materiales?

-Sirve para todo, para productos cerámicos, productos relacionados con el carbono, productos metálicos, polímeros y plásticos. Vale para todo, con procesos de fusión diferentes según las mezclas.

-¿Es una tecnología competitiva?

-Hay compañías que ya la usan, como Lockheed Martin, una compañía aeroespacial. Además de en la aeronáutica, también está implantada en automoción y en la industria petrolífera. Donde no es tan común es en las pequeñas empresas, que son las que conforman la mayoría del tejido industrial. Estamos en la transición de esta tecnología desde las universidades hasta el mundo empresarial.

-¿Por qué la aeronáutica es punta de lanza?

-Porque sus piezas son más complejas y el peso de las mismas es determinante, por eso van por delante tecnológicamente. Este proceso es una solución cuando hay materiales que hoy en día no sabemos cómo unir con soldadura u otros procedimientos. En eso estamos investigando también en Colorado.

-¿Qué ventajas tiene respecto a los procesos tradicionales?

-Se reduce muchísimo el tiempo entre el diseño y el producto terminado. Y también cuesta menos dinero.

-¿Producirá más cambios en la industria?

-Actualmente, las compañías tienen que guardar piezas de repuesto, tener stocks. En el futuro, con estas nuevas tecnologías, se podrá encargar cualquier pieza específica, que se enviará sobre la marcha, sin necesidad de almacenar repuestos. Afectará a la logística.

-¿Profesiones tradicionales del metal como soldadores, torneros o fresadores están en vías de extinción?

-Primero hay que adaptar y preparar a la gente para las nuevas profesiones que van a surgir con estas tecnologías y, segundo, habrán que seguir uniendo materiales, porque hay limitaciones prácticas en el tamaño de las piezas que se pueden fabricar mediante manufactura aditiva y también habrá que hacer ajustes en las piezas que se fabriquen con estas nuevas tecnologías. Seguirá habiendo torneros, fresadores y soldadores, pero tendrán que utilizar otras tecnologías.

-¿Cree que se extenderá a la gran industria, a sus compañías auxiliares o a ambas?

-En Colorado, hay agencias públicas que se dedican a promover las nuevas tecnologías y eso contribuye a difundirlo. Y luego hay empresas pequeñas que están comprando esas máquinas e investigando por su cuenta con fondos públicos.

-¿Universidad o industria para avanzar?

-La industria lidera y la universidad, en Estados Unidos, es un apoyo. Las industrias tienen fondos pero no tiempo y se apoyan en universidades que les solucionan los problemas de investigación. Industria y universidad colaboran en centros tecnológicos.

-¿Es una tecnología cara para una empresa?

-Las hay que con presupuestos bajos participan en proyectos de este tipo. Es viable invertir en ello y no hace falta ser una gran corporación.

-¿Qué opina del posible uso de la impresión 3D en la construcción de edificios ?

-No es mi especialidad, pero no veo muy claro que se puedan hacer mediante este procedimiento estructuras, como columnas, lo que además no sería barato. Otra cosa es hacer piezas que no son estructurales pero que se usan en la edificación, como las ventanas o revestimientos, que no es algo que hagan los constructores, sino sus compañías auxiliares.